Ni la pandemia de COVID-19, ni los conflictos internos frenaron a los millones de estadounidenses inscritos para que votaran y eligieran a su nuevo presidente, a los gobernadores de 11 estados, 435 legisladores de la Cámara de Representantes, 35 senadores y miles de puestos locales de elección popular.
La elección de ayer fue inédita debido a los millones de personas que anticiparon su voto postalmente y a que pese a la juventud de los votantes, fue la primera elección en la que los candidatos presidenciales, Donald Trump y Joe Biden, tienen más de 70 años.
Quien llegue a la presidencia, iniciará mandato el 20 de enero del 2021 y marcará la agenda política, económica y de seguridad del mundo.
Por su parte, el partido que gane la mayoría tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes definirá el futuro de la política en Estados Unidos en temas tan importantes como el presupuesto para la salud, la reactivación económica, la seguridad del país y la inmigración.
El proceso electoral ha sido complicado, costoso y cuestionado por lo que probablemente no termine con el voto de las personas ni del colegio electoral y escale hasta los tribunales.
Debido a esto, es importante conocer cómo funciona la política en Estados Unidos, qué está en juego, cuáles son los focos rojos y cuáles son las posibles rutas que se tomarán para definir el futuro de la nación.
La Corte Suprema
Independientemente de los resultados obtenidos el día de ayer, la elección en Estados Unidos se podría resolver en tribunales, luego de que el presidente Donald Trump amagara con no aceptar un resultado adverso y criticara el voto postal.
Debido a esto, tanto el Partido Republicano como los demócratas han anunciado que ya tienen listo un ejército de abogados que vigilarán las elecciones, y en caso de necesitarlo, acudirán a los tribunales para resolver las disputas.
El escenario no sería nuevo, hace 20 años la elección presidencial se definió 35 días después en la Corte Suprema, que determinó que el republicano George W. Bush ganó por 537 votos el estado de Florida frente al demócrata Al Gore.
Para que esta elección se lleve a la Corte Suprema se necesita que en Florida o en los otros 15 estados bisagra, territorios donde ningún partido cuenta con una ventaja clara, el margen de victoria de un partido sea de menos del 2 por ciento.
De llegar a la Corte Suprema la elección, la victoria podría ser para Trump, ya que seis de los nueve jueces son conservadores (tres de ellos nominados por el actual presidente) y solo tres liberales.
Colegio Electoral y la elección
La elección para presidente y vicepresidente de Estados Unidos es de manera indirecta, es decir, los estadounidenses al emitir su voto en realidad votan por una lista de electores designados por los partidos políticos de su estado que se comprometen a votar por el candidato de ese partido y que forman parte del Colegio Electoral.
> Cada estado vale cierto número de puntos sumando en total 538. Para que un candidato gane, debe de sumar por lo menos 270 puntos.
El próximo presidente de Estados Unidos no ganará por la mayoría de votos (voto popular), sino por la mayoría de puntos alcanzados en el Colegio Electoral.
> En caso de que haya un empate, lo cual es poco probable, y que ninguno de los candidatos consiga al menos 270 votos, los 435 congresistas de la Cámara de Representantes elegirán al presidente y los 100 senadores al vicepresidente.
De los 538 votos y de acuerdo a las previsiones hay alrededor de 15 estados en los que se definirán quién gana la presidencia, “estados bisagra” el resto son los “estados seguros”, en los que ya se sabe si ganarán los republicanos o los demócratas.
> Los estados que definirán la elección serán Pensilvania, Arizona, Wisconsin, Michigan, Minnesota, Nebraska, Nevada, New Hampshire, Ohio, Texas, Iowa, Maine, Carolina del Norte, Georgia y Florida.
Cámara de Representantes
L os millones de estadounidenses que votaron en estos días, no sólo eligieron al nuevo presidente sino a sus 435 representantes en la Cámara Baja del Congreso federal.
Actualmente, los demócratas tienen la mayoría en la Cámara de Representantes con 232 bancas, mientras que los republicanos cuentan con 197, además, existe un representante libertario y cinco espacios vacantes.
Encuestas y especialistas prevén que los demócratas mantengan su poder en la Cámara baja, incluso, no se descarta que puedan aumentar su número de legisladores para los próximos dos años que dura el encargo.
Los candidatos electos servirán del 3 de enero del 2021 al 3 de enero del 2023, con escaños asignados entre los estados según el pasado 2010.
Senado
El día de ayer, los estadounidenses también votaron por 35 de los 100 senadores, 33 escaños Clase 2 y a quienes ocuparán las vacantes dejadas por la muerte de John McCain en Arizona en 2018 y en Georgia por el retiro de John Isackson en diciembre del 2019.
Los ganadores formarán parte de la Cámara alta del 3 de enero del 2021 hasta el 3 de enero de 2027.
En 2014, las últimas elecciones para escaños en el Senado Clase 2, los republicanos lograron nueve escaños más que los demócratas y obtuvieron la mayoría en el Senado.
Los republicanos defendieron esa mayoría en 2016 y 2018, y ocuparon 53 escaños en el Senado después de las elecciones de 2018. Los demócratas ocuparon 45 escaños después de esos mismos comicios y sumaron dos más de dos legisladores independientes.
Incluyendo la elección especial en Arizona y Georgia, los republicanos defenderán 23 escaños en 2020, mientras que el Partido Demócrata defenderá 12 escaños.
Para obtener la mayoría, los demócratas necesitan arrebatarle tres escaños a los republicanos, lo cual especialistas y encuestas lo consideran como muy probable.