‘Lo que tiene que cambiar no es la valentía, es el sistema’
“Justicia”, el título de la nueva obra de Gerardo Laveaga, grita denuncia por sí mismo. Sin embargo, la novela es todo menos eso.
Y es que el lector esperaría que una novela cuyo hilo conductor es un crimen, esté acompañada de investigaciones policíacas, recolección de pruebas e interrogatorios.
Pero no. En “Justicia” no existe ninguna de las tres, y, en muchas ocasiones, tampoco en el sistema judicial mexicano.
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“Justicia”, el título de la nueva obra de Gerardo Laveaga, grita denuncia por sí mismo. Sin embargo, la novela es todo menos eso.
Y es que el lector esperaría que una novela cuyo hilo conductor es un crimen, esté acompañada de investigaciones policíacas, recolección de pruebas e interrogatorios.
Pero no. En “Justicia” no existe ninguna de las tres, y, en muchas ocasiones, tampoco en el sistema judicial mexicano.
“Porque es un sistema tan oscuro, tan laberíntico, que todo es posible. Y esto significa que los inocentes vayan a prisión y los responsables del delito queden libres”, dijo Laveaga.
El también abogado de profesión, y vocación, describió su obra como “un trabajo eminentemente literario”, en donde “no hay un solo personaje real”.
Esto a pesar de que la novela está llena de actores que conforman el mundo de las leyes en México, como estudiantes de derecho, abogados, jueces, procuradores y ministros.
Aún así, el lector puede disfrutar o sufrir muy de cerca el escenario de “injusticia” actual que mantiene atrapado a la mayoría de los mexicanos, y que a otros tantos ha seducido.
El thriller
Lo divertido es que son personajes comunes y corrientes los que cuentan del misterioso sistema de justicia en México.
“Es la historia de una jovencita que quiere aclarar que el asesino de su amiga no es el que está en prisión.
“Entonces trata de buscar en la policía, la procuraduría, en la suprema corte que le hagan justicia, y va a lograr la simpatía de otra joven y las dos se van a meter en estos laberintos terribles”, resumió el autor.
Entre las aventuras, te enteras de cómo funciona el sistema como si tu amigo, tío o pareja trabajara en alguna de las instituciones de justicia del país y te contaran su día a día, sin miedo a que los juzgues o denuncies.
En busca del (error) culpable
“Un sistema en donde lo importante no es que el asesino vaya a prisión, donde lo importante es que todo se cumpla según el proceso.
“Y que si tú no marcas bien el expediente o la copia un abogado te dice, oiga sí, mi cliente es un asesino, un secuestrador, pero qué cree, usted no folió las hojas, entonces tiene que quedar libre”.
Para el catedrático de la ITAM, la solución a esto es renovar el sistema a uno más transparente.
“Lo que tiene que cambiar no es la valentía, la honestidad de la gente, lo que tiene que cambiar son las instituciones, afirmó Laveaga.
“Si en 20 años el sistema no se ha abierto, pues mi novela va a seguir siendo de una actualidad apabullante, lo cual me asusta”.