Varios de los alcaldes de Michoacán viven en la orfandad política. La estela de conflictos por la presencia de los grupos de autodefensa no termina de pasar.
El alcalde de Tepalcatepec, Guillermo Valencia Reyes –desplazado y amenazado de muerte por los civiles armados– ha denunciado públicamente la pasividad del Gobierno Federal y del propio gobierno de Michoacán, al permitir a las autodefensas que impongan su ley en algunos de los municipios tomados.
“Las autodefensas han impuesto su ley”, dijo Valencia Reyes en entrevista con Reporte Indigo. “Han sobrepasado la autoridad del Estado. No sé qué es lo que esté pasando, pero tengo la seguridad de que en Michoacán la ley ha sido superada desde hace mucho”.
El alcalde sabe de lo que habla.
Un día después de que surgió el movimiento armado en el estado, hasta su despacho llegaron hombres armados, para exigirle que saliera del municipio.
“El 25 de febrero del 2013, llegaron a la presidencia municipal un grupo de hombres con armas de uso exclusivo del Ejército. Armas que ni al Ejército se las he visto, y me pidieron que saliera del municipio”, relata el alcalde. “Me dijeron que no me querían ver en mi municipio, y que si me quedaba me mataban”.
La amenaza de muerte la denunció Valencia Reyes ante las autoridades locales y federales, pero no se hizo nada por investigar y aplicar la ley.
Desde que el alcalde fue amenazado, su vida fue trastocada. De pronto, se vio exiliado, sin empleo, sin funciones de alcalde, sin respaldo político.
Fue abandonado a su suerte por las autoridades federales y estatales, quienes le retiraron el equipo de seguridad que mantenía en su calidad de alcalde. Fausto Vallejo ni lo ve ni lo oye. El gobernador no le ha dado audiencia para escuchar la situación por la que atraviesa. Por si fuera poco, fue señalado por la senadora Luisa María Calderón de tener nexos con el crimen organizado.
Igual que Valencia Reyes, los alcaldes de Aguililla, Aquila y Buenavista –que también se encuentran desplazados y expulsados de sus municipios por las amenazas de muerte de los grupos de autodefensa– tampoco han sido atendidos por el gobernador.
“No sé cómo estén los demás municipios ni cuál sea el trato del gobernador con los alcaldes”, asegura.
“Cada municipio es diferente, pero lo que sí puedo hablar es del estado de indefensión en el que he quedado yo, al no ser atendido por la autoridad federal ni por el gobernador”.
‘Nadie me ha atendido’
>¿Ha solicitado audiencia con el gobernador?
Sí. He buscado los causes institucionales para hablar con él, pero no me ha recibido, no se cuál sea la razón.
>Y el Gobierno Federal ¿Ya intentó hablar con el comisionado?
También he buscado dialogar con él, pero siempre está de malhumor. Distante. No hay posibilidad de diálogo.
>¿Y el Presidente?
Todas las instancias las he buscado y no me han recibido. Nadie me ha atendido. En ninguna parte parece interesarles lo que sucede en Tepalcatepec. Ya fui a gobernación, ya fui a todos lados y no tengo ninguna respuesta.
>¿Qué va a hacer ahora? ¿Va a regresar a su municipio? ¿Se va del país?
Bueno, es una cosa que no he definido aún, por lo pronto ya hice lo que me corresponde: presenté una licencia para ausentarme del cargo. El Cabildo no la ha aceptado y no sé cómo se vaya a resolver el problema.
Yo quiero ser parte de la solución y por ello es que he presentado mi licencia, pero no está en mí que la acepten o la rechacen los integrantes del Cabildo, donde, cabe decir que hay también varios regidores amenazados de muerte por las autodefensas.
>¿Cuál es la razón por la que no aceptan la licencia que usted ha presentado?
-No quieren a la síndico en funciones de alcalde.
Los efectos de la amenaza
Guillermo Valencia Reyes dice tener miedo. Los efectos de la amenaza de muerte se reflejan en la forma mesurada de hablar. No se explaya. No habla más de lo necesario para contestar las preguntas.
El otrora líder juvenil del PRI y combativo diputado local mide muy bien su discurso. No quiere herir susceptibilidades políticas. Le preocupa lo que pueda sentir tras la entrevista el comisionado para la paz, Alfredo Castillo Cervantes.
“No se le puede explicar nada (al comisionado). Todo le incomoda. Siempre está de prisa. Pero le da más crédito a lo que dicen las autodefensas. Le incomoda que uno defienda su derecho. No ha querido conocer a fondo la forma en que fui amenazado y expulsado”, refiere el alcalde de Tepalcatepec.
–¿De quién proviene la amenaza, concretamente?–
“De Uriel (Farías Álvarez). Ellos, Uriel y su hermano José Juan, quieren mantener el control de la región y para ello necesitan la presidencia. Por el interés del control de la presidencia municipal es que vino la amenaza.
“A ellos les cree ciegamente el comisionado y lo que digan ellos es lo que se hace en esa región, porque ellos son los que controlan el grupo de autodefensas que tiene bajo su poder toda esa región”.
Desde que fue amenazado de muerte y enviado al exilio, Valencia Reyes no ha regresado a su pueblo. Se mantiene radicando entre la Ciudad de México y Morelia, en donde procura lo menos posible salir a la calle.
Solo los asuntos urgentes y relacionados con el municipio lo hacen dejar la seguridad de su domicilio.
Ha extremado sus precauciones, sobre todo ahora que no cuenta con el equipo de seguridad que lo veía respaldando como alcalde, en el exilio, huérfano político, pero alcalde aún.
‘Le hemos fallado a la gente’
Guillermo Valencia es un ser político. Pese a las condiciones que afronta con las amenazas de muerte y el abandono de la autoridad, él revisa en su fuero interno las razones que lo pueden sujetar a seguir militando en el PRI.
Dice que no sabe si seguirá dentro de las filas de ese partido o busca otra opción para seguir haciendo política, pero ratifica su convencimiento.
“En todos los gobernantes le hemos fallado a la gente. Hay una red de políticos que han traicionado a la población”, refiere.
De las autodefensas, Valencia Reyes no sabe decir con exactitud si son gente buena o son grupos relacionados al crimen organizado.
“Yo conozco a gente buena, de trabajo, honesta, que está integrada en esos grupos. Pero también sé que hay gente con antecedentes criminales que se han metido a las autodefensas como para convertirse en personas de bien, para cambiar la imagen que tenían y eso no está bien.
“El gobierno debe revisar a fondo cómo están integrados esos grupos, en donde sin duda hay gente que le ha hecho mucho daño a la sociedad michoacana”, asegura.
Lo que sí tiene claro, es que él nunca se integraría a las filas de estos grupos de civiles armados.
“Nunca”, asegura tajante. “Yo no podría estar en un grupo al margen de la ley. Yo no podría combatir la ilegalidad con la ilegalidad”.
Emblemas del abandono
Sumido en sus propios problemas de salud, el gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo Figueroa no ha hecho manifestación pública sobre la situación que se vive en el estado, en torno a las amenazas de muerte que afrontan los alcaldes de al menos una docena de municipios.
> Ygnacio López
Alcalde de Santa Ana Maya
Estuvo denunciando en forma persistente las amenazas de muerte que pendían sobre él, por parte del crimen organizado. Nunca se atendió su petición de contar con escolta a cargo del gobierno estatal. A los 22 días de haber hecho el último reclamo, fue asesinado.
> Adán Ceja Valencia
Alcalde de Aguililla
No se ha podido incorporar plenamente a las funciones ya que fue expulsado del municipio por parte de los grupos de civiles armados, quienes lo señalan como parte del crimen organizado. Ni el comisionado para la paz ni el propio gobernador han querido conocer el caso.
> Juan Hernández
Alcalde de Aquila
Dejó el municipio tras el surgimiento de los grupos de autodefensa, quienes tomaron el Palacio Municipal y tras una breve reunión le dieron un plazo de 24 horas para dejar la localidad. Él hizo el aviso formal al gobierno estatal pero no hubo respaldo de ningún tipo.
> Luis Torres Chávez
Alcalde de Buenavista Tomatlán
Salió exiliado de su municipio a solo dos días de que los grupos de autodefensa se hicieron presentes con una consigna: El control del municipio o su vida. Él optó por lo razonable.