Los josefinos y su éxtasis
Los seguidores de Josefina Vázquez Mota celebran mejor cuando la candidata ataca que cuando propone. La quieren ver más al ataque que a la defensiva. Ella dice que es hora de llevar a México a la prosperidad, que está del lado de la libre competencia, que puede haber inversión complementaria privada en Pemex, que debe cobertura total de salud para todos… y su gente sonríe.
Raúl TortoleroLos seguidores de Josefina Vázquez Mota celebran mejor cuando la candidata ataca que cuando propone. La quieren ver más al ataque que a la defensiva. Ella dice que es hora de llevar a México a la prosperidad, que está del lado de la libre competencia, que puede haber inversión complementaria privada en Pemex, que debe cobertura total de salud para todos… y su gente sonríe.
Las venas josefinistas se llenan de adrenalina sólo cuando la candidata acusa que Peña Nieto y su bancada se opusieron a una positiva reforma laboral, cuando señala flamígeramente la deuda creciente en el Estado de México, o cuando se lamenta la impunidad en el caso de la niña Paulette.
Los “josefinos” se entusiasman aún más cuando AMLO exhibe documentos en donde presuntamente se demuestra un gasto mayor a 600 millones de pesos por parte de EPN en publicidad sólo para una televisora, y sólo en su primer año de gobierno.
Aplauden, se agitan, cuando AMLO se pregunta quién es realmente EPN y se responde que es hechura de su tío Arturo Montiel. Los josefinistas se extasían cuando AMLO muestra una foto que alude a EPN en alguna cosa oscura, que empero, no se puede ver bien, porque se le acaba su tiempo… AMLO está al servicio de la causa de Josefina… le hace el trabajo sucio.
Y eso es agradecido en el corazón azul de la campaña de la panista. El carnaval de euforia se hace de nuevo cuando el Peje le dice a EPN que René Bejarano fue a la cárcel, ah, y también Gustavo Ponce, pero, en cambio, Arturo Montiel no fue a la cárcel… y por ahí está presente con EPN… La sala de prensa que organizó el IFE en un salón del WTC era un baño sauna con acaso unas 200 computadoras, en principio sin internet, y con una pantalla que parecía para proyectar una presentación en Power Point y no para algo serio como en teoría lo es un debate presidencial.
Antes de que empezara el debate, nos pusieron un video exclusivo en el que Margarita Zavala, esposa del presidente, dice de Josefina que es una gran mujer, y que tiene una gran sensibilidad. Aplaudían los jóvenes josefinos cada vez que su Jefa terminaba alguna participación. Lo hicieron cuando ella habló de abrirse a más cadenas de televisión, y por supuesto, cuando atacó a Peña diciendo que los índices de competitividad se desplomaron hasta el suelo con el gobierno estatal del mexiquense.
No obstante, a las 9:09, el ánimo entre los equipos de Josefina empezó a decaer. Se dieron cuenta de que si bien el Peje les estaba ayudando al atacar duro a EPN, Josefina estaba perdiendo rating, quedando excluida del combate. Ahora parecía un debate sólo entre EPN y AMLO. Qué raro, pero mientras más propuestas enunciaba, más lucía lejana a la línea de fuego.
La candidata al fin sube al restaurante a donde está apretujada la prensa. No acepta preguntas, sólo da un mensaje, que es contundente: que ella ganó, según una encuesta en tiempo real de un diario nacional. That´s all folks, bye bye.