Ahora que Jalisco está por comenzar con la exportación de aguacate hacia los Estados Unidos, las autoridades locales han advertido que este proceso deberá estar acompañado por acciones de protección del medio ambiente, ante los daños ecológicos que podría detonar una nueva expansión sin control de ese cultivo.
La apertura del mercado estadounidense para los productores de aguacate de Jalisco ha despertado grandes expectativas de índole económica, sin embargo, han sido las propias autoridades locales las que han puesto sobre la mesa la posibilidad de que ese acuerdo comercial genere externalidades negativas para los ecosistemas del estado.
Sin todavía haber comenzado a exportar ese cultivo hacia los Estados Unidos, el Gobierno de Jalisco clasifica al aguacate como uno de los “principales motores de deforestación” en la entidad, lo que evidencia que los riesgos ambientales de la apertura comercial podrían ser mayúsculos.
El pasado 25 de marzo de 2022, unos días después de que se reunieran instancias federales y estatales para avanzar en los preparativos que requiere la exportación del aguacate jalisciense, el gobernador Enrique Alfaro dijo que “esta es toda una ruta de trabajo y coordinación entre Jalisco, México y el Departamento de Agricultura del país vecino para exportar aguacate jalisciense, pero también para garantizar su calidad, así como el compromiso medioambiental”.
El 23 de marzo de 2022 se había celebrado esa reunión entre la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de Jalisco (SADER), con dependencias federales y la Asociación de Productores y Exportadores de Aguacate de Jalisco (Apeajal): “con el fin de revisar a fondo el Plan de Trabajo Operativo (PTO) para la exportación de aguacate a Estados Unidos”.
Durante su intervención, la titular de SADER Jalisco, Ana Lucía Camacho, lanzó un exhorto para proteger al medio ambiente ante las transformaciones que podrían sobrevenir para ese sector productivo en el estado.
Riesgo expansivo
El acceso al mercado estadounidense que tendrán pronto los productores aguacateros de Jalisco podría convertirse en una mina de oro que detone un segundo auge de ese cultivo, lo que a su vez podría generar una nueva ola expansiva de deforestación para las zonas forestales del estado.
De hecho, el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural del Gobierno de México, Víctor Villalobos Arámbula, da por sentado que la posibilidad de exportar el aguacate hacia el país del Norte provocará un crecimiento de esa industria en el estado.
El panorama actual es el siguiente, según lo señaló el Gobierno estatal: “Jalisco tiene 15 municipios declarados como libres de barrenadores (uno de los principales requerimientos para exportar a EUA), lo que equivale a 22 mil 107 hectáreas de aguacate, de 2 mil 900 productores, que corresponden a 3 mil 663 huertos (…). Sin embargo, se enfatizó que todos los huertos serán sujetos a revisión previa por parte de esa dependencia como un primer filtro y por el USDA en segunda instancia”.
Aguacate, motor de deforestación
El 21 de marzo de 2022, cuando el Gobierno de Jalisco anunció que se había sumado al “Plan de Acción de Manaos” para la conservación de bosques, una iniciativa del Grupo de Trabajo de Gobernadores sobre Clima y Bosques (GCF-TF), también advirtió que el aguacate representa un “motor de deforestación”.
“Actualmente se cuenta con la estrategia de integración de la biodiversidad en los sectores productivos que involucra los tres principales motores de deforestación: aguacate, carne de pastoreo y agave. (…) Jalisco cuenta con una superficie forestal de 4 millones 402 mil 540 hectáreas, que representa el 56 por ciento de la superficie estatal, cerca del 17 por ciento de la superficie forestal de la entidad se encuentra en Áreas Naturales Protegidas (ANP), más las áreas categorizadas como humedales de importancia internacional (Ramsar)”.
Aun sin el aliciente del mercado estadounidense, durante los últimos años los plantíos de aguacate tuvieron una expansión vertiginosa en el estado, aunque a costa de las zonas forestales.
En la reunión del 23 de marzo de 2022, se hizo mención de este crecimiento: “José Seferino Cortez González, expresidente de la Asociación de Productores y Exportadores de Aguacate de Jalisco (Apeajal), informó que en el año 2000 había mil hectáreas establecidas del fruto en la entidad, y actualmente, hay una superficie que supera las 27 mil hectáreas, de la cuales 12 mil podrían iniciar la exportación a Estados Unidos”, según lo informó el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica).
El 30 de julio de 2019, cuando el Gobierno estatal presentó una denuncia ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), tras detectar cambios de uso de suelo ilegal sobre los bosques de Jalisco, la autoridad local informó que “de 2011 a la fecha, se tiene registrada una afectación de mil 573.80 hectáreas por cambio de uso de suelo en el Complejo Volcánico de Colima y en la Sierra del Tigre, específicamente en 13 municipios. (…) El 80 por ciento de la superficie deforestada corresponde a bosques de encinos y selvas caducifolia, cuyos principales factores de pérdida son: la ganadería, el cultivo de agave y, recientemente, de aguacate”.