Nuevamente, la alianza entre el PAN y el PRD en el Estado de México se quedó en el camino.
La disputa entre las corrientes internas, además de la lucha sobre quién la encabezaría, llevaron al fracaso las negociaciones entre Alejandra Barrales, presidenta del Sol Azteca, y Ricardo Anaya, líder de Acción Nacional.
Todavía en las últimas horas del lunes, ambos partidos exploraron la posibilidad de ir juntos en la elección del próximo 4 de junio.
Sin embargo, ambas fuerzas políticas se aferraron a que fuera uno de los suyos el candidato de la alianza.
Esto, prácticamente vaticina el triunfo del PRI y sus aliados en el 2017, pues los votos de la oposición se dividirán.
Dentro del PAN, quien se opuso a la coalición fue el grupo de Ulises Ramírez, uno de los más influyentes en la entidad.
En el PRD, votaron en contra de la coalición las corrientes Alternativa Democrática Nacional (ADN), Izquierda Democrática Nacional (IDN) y Vanguardia Progresista.
ADN es dirigida por Héctor Bautista, cuyo bastión principal está al oriente de la entidad. IDN es de René Bejarano y Vanguardia, identificada como cercana a Miguel Ángel Mancera.
El PRD acordó una alianza con el PT y con Movimiento Ciudadano; hasta anoche, empero, había versiones de que este último partido habría abandonado el pacto con las otras dos fuerzas políticas al no concretarse la candidatura de Alejandro Encinas.
Ayer mismo, mientras el PAN y el PRD negociaban su alianza y el PRI registraba su coalición ante la autoridad electoral, la candidata de Morena, Delfina Gómez, arrancaba con su gira estatal como parte de su precampaña.
Ahora, los otros partidos deben definir quiénes serán sus candidatos antes del 29 de marzo. Las campañas políticas se desarrollarán entre el 3 de abril y el 31 de mayo.
El factor Encinas
Las negociaciones entre el PAN y el PRD avanzaron durante varias semanas; desde el inicio, varias corrientes del Sol Azteca impulsaron que el candidato fuera Alejandro Encinas, a pesar de que éste renunció a ese partido.
Encinas tenía la simpatía de algunos de los liderazgos del PAN; sin embargo, decidió no participar. Su razón fue que se encontraba concentrado en las tareas de la Asamblea Constituyente. Nadie olvida que Encinas renunció al PRD en enero del 2015, pero no se fue a Morena, sino que permaneció sin partido.
Aunque no forma parte de Morena, Encinas es uno de los políticos más cercanos a Andrés Manuel López Obrador. Dentro del PRD no descartan que se haya negado a la candidatura por no confrontarse con el tabasqueño, abanderando al PAN.
Movimiento Ciudadano, incluso, había anunciado que iría en coalición con el PRD. Pero ayer, al hacerse definitiva la negativa de Encinas a participar, MC retiró su apoyo al Sol Azteca.
Ahora, el PRD y el PT deberán elegir entre Juan Zepeda, diputado local y exalcalde de Nezahualcóyotl; Javier Salinas, también diputado local; Max Correa, líder de la Central Campesina Cardenista; y Eduardo Neri, alcalde de Calpuhuac. Del PT, el exdiputado Óscar González también ha expresado su interés en participar.
PAN, la lucha interna
En el PAN ayer dio inicio lo que se perfila para convertirse en una lucha interna por la candidatura.
Debido a que desde el Comité Ejecutivo Nacional se impulsa a Josefina Vázquez Mota, anoche se votó en el PAN estatal que la candidatura se otorgue por designación directa.
Esto perfila con más fuerza que sea Vázquez Mota la abanderada, pues ella condicionó su participación a que no hubiera una pugna interna por la candidatura.
Esta decisión del PAN del Estado de México provocó el rechazo de otros contendientes que esperaban un proceso interno para poder definir a quién sería el abanderado blanquiazul. Los otros aspirantes son Ulises Ramírez, José Luis Durán y Laura Rojas.
La decisión sobre el proceso de designación podría ser impugnada ante las autoridades electorales de la entidad, pues no se contemplaba dentro de las reglas de la competencia a posibilidad de la elección de un candidato, a menos que se compitiera en alianza con otros partidos, lo que no ocurrió.
Culpan al gobierno
Al interior del PRD, corrientes como Nueva Izquierda y Los Galileos impulsaron sin cesar que su partido fuera con una alianza con el PAN en el Estado de México.
Durante todo el proceso, ambas corrientes acusaron que desde el Gobierno federal y el PRI se operaba una estrategia para impedir que se lograra concretar el acuerdo con los panistas, pues una alianza de ese tipo sí pondría en peligro la elección para el tricolor.
Fernando Belaunzarán, miembro de la corriente de Los Galileos –que dirige Guadalupe Acosta Naranjo-, acusó que el propio secretario de Gobernación estuvo tras la negociación con los líderes opositores, por lo que le pidió sacar las manos del proceso.
“Dividir a la oposición es la estrategia oficial del gobierno. Yo le exijo a Eruviel Ávila y a Osorio Chong que saquen sus sucias manos de la oposición. Ese es el régimen que ya fracasó”, lanzó Belaunzarán.
Beatriz Mojica, secretaria general del PRD, acusó que fueron las corrientes de ADN y Vanguardia Progresista quienes atoraron el acuerdo final.
Edomex, estado priista
El PRI encuentra en el Estado de México a su voto más duro, lo que hace dudar que incluso una alianza electoral de varios partidos de oposición puedan quitarle el triunfo.
El Estado de México es considerado la joya de la corona a nivel nacional. En él habita la mayor parte del padrón electoral del país, por lo que es una de las elecciones más importantes rumbo al 2018.
En la elección pasada, en el 2011, el PRI y sus aliados tuvieron 3 millones 18 mil votos. Esto significó casi 1 millón 400 mil votos, 28 por ciento, más sufragios que sus contrincantes. El triunfo de Eruviel Ávila fue incontrovertible.
En el Edomex nunca ha habido alternancia. Salvo en pocos municipios.
PRI gana poderoso aliado
A la alianza tradicional que el PRI ha tenido en esa entidad con el PVEM y Nueva Alianza, para este año se sumó el Partido Encuentro Social (PES), que puede aportar una buena cantidad de votos al candidato tricolor.
En la pasada elección federal de 2015, en la que se votó por diputados federales, el PES obtuvo 4.7 por ciento de los votos totales, mientras que Nueva Alianza tuvo 3.5 por ciento y el PVEM, 3 por ciento.
Esto significa que el apoyo del PES podría ser determinante para que el PRI mantenga la gubernatura.
Encuentro Social ha expresado públicamente su cercanía con la comunidad cristiana, lo que le hace ganar el apoyo de decenas de miles de personas que profesan esa religión.
El PES ha apoyado al PRI desde que ganó su registro como partido nacional, en el 2014.
En Coahuila, sin embargo, el PES decidió ir en alianza con el PAN y el PRD.