Michoacán: Entre dos visiones

El gobierno estatal lo niega, pero la presencia de grupos armados en Michoacán es una realidad. 

En al menos 20 municipios de la zona de Tierra Caliente, Meseta Purépecha y Región Sierra Costa Nahua hay movilizaciones constantes y organizadas de grupos armados que nacieron como autodefensas y policías comunitarios, pero que a la fecha actúan como una guerrilla que mantiene el control absoluto de sus comunidades.

J. Jesús Lemus J. Jesús Lemus Publicado el
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municipios en donde los padres han arrebatado el trabajo de educación de sus hijos a los maestros, de acuerdo a la SEE
En Vista Hermosa el movimiento de la CNTE es muy intenso, allí la mayoría de las escuelas se encuentran sin actividades desde hace más de tres semanas
"Los padres de familia estamos cansados de tener estos maestros, creo que no lo merecemos, pero nadie nos escucha, nadie nos hace caso”
Eneida Zamudiomaestra emergente
"El tiempo perdido no se puede reponer, pero al menos hemos logrado que los niños no se retrasen más y que mantengan un ritmo de aprendizaje similar al que venían sosteniendo”
Roberto OrozcoMaestro emergente
"No ha habido respuesta de la autoridad estatal, la que nos ha ignorado en el reclamo justo que le hemos hecho"
Raúl RodríguezPadre de familia de Enaguan
El movimiento ha surgido por el cansancio de la población que solo ha visto ‘cómo este gobierno vino a desgraciar a Michoacán’
El grupo de michoacanos que actualmente se encuentran armados, ronda sobre los 2 mil 200
Cada organización se mueve independiente, pero puede actuar en forma conjunta, como si se tratara de un ejército, lo que ya le atribuye el carácter de guerrilla
http://www.youtube.com/watch?v=0jZxPcpNh7E

El gobierno estatal lo niega, pero la presencia de grupos armados en Michoacán es una realidad. 

En al menos 20 municipios de la zona de Tierra Caliente, Meseta Purépecha y Región Sierra Costa Nahua hay movilizaciones constantes y organizadas de grupos armados que nacieron como autodefensas y policías comunitarios, pero que a la fecha actúan como una guerrilla que mantiene el control absoluto de sus comunidades.

En las regiones de Michoacán que registran movimientos civiles armados se mantiene una tregua de presencia con el Ejército Mexicano, en tanto que las fuerzas policiales del gobierno estatal se han desplazado de la zona a petición de los vecinos, que no confían en la autoridad estatal.

Luego del desmantelamiento de las guardias comunitarias que se integraron en el municipio de Aquila, el gobernador interino Jesús Reyna García mantiene su discurso de que  Michoacán se encuentra tranquilo y en paz, pero para el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) hay 20 municipios en esta entidad considerados como focos rojos debido a la presencia de grupos armados.

Para algunos periodistas internacionales que trabajan en la región, la suma de los grupos armados llega a más de 44, con presencia en al menos 18 municipios. 

Sin embargo, para el gobierno estatal de Michoacán no existe una cifra, pues el único grupo de autodefensa que existía en la entidad –de acuerdo al discurso oficial- fue el que se desmanteló en Aquila desde el pasado 14 de agosto. 

En la cúpula del gobierno interino del priísta Jesús Reyna no se toca el tema. El secretario de Gobierno, Jaime Mares Camarena, se negó a hablar con Reporte Indigo para explicar la postura oficial del gobierno sobre el caso.

De acuerdo a Cisen, aun cuando se trata de grupos armados independientes, todos ellos mantienen contacto vía radio de banda civil, lo que les permite estar en constante comunicación y realizar movilizaciones rápidas en apoyo unos de otros.

Los líderes de estas organizaciones aseguran que esto es para evitar ser detenidos en operativos del Ejército, tal como ocurrió con los policías comunitarios de Aquila.

Un esquema que no es nuevo

La integración de grupos civiles para hacerse cargo de lo que la autoridad no puede o no quiere atender, no es nueva en Michoacán. 

Durante la llamada Marcha de la Dignidad que el subcomandante Marcos, del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) realizó en 1996, se organizó la primera policía comunitaria.

El movimiento fue para llegar a la capital del país y exigir que se cumplieran los acuerdos de San Andrés, cuando el guerrillero se reunió con vecinos de la comunidad de Nurio, del municipio de Paracho, en Michoacán. 

Ante el reclamo de los vecinos de falta de gobierno en esa comunidad indígena, el subcomandante organizó a los pobladores reunidos en la escuela secundaria del lugar y les ordenó hacer valer el derecho a la autodefensa.

A partir de ese momento nacieron las dos primeras policías comunitarias de la entidad, las cuales, armadas con palos, machetes y escopetas de chispa se dedicaron a vigilar la seguridad de sus comunidades, saliéndose de la influencia del gobierno estatal.

La labor principal de esos dos grupos armados integrados por civiles fue cuidar los bosques para frenar la presencia de talamontes.

El ejemplo comenzó a propagarse por toda la meseta con el abanderamiento de la agrupación Nación Purépecha, que reclama la autonomía y el respeto a la cultura milenaria de los pueblos indígenas de Michoacán, quienes se encuentran expuestos al exterminio de su identidad ante la transculturización de la que son objeto y para la que no hay acciones del gobierno estatal ni federal.

Durante su administración, Leonel Godoy -quien fue el último que habló de la presencia de grupos levantados en la zona de la meseta purépecha- aseguró que estos no representaron riesgo alguno para la tranquilidad de la entidad pues esos grupos se encontraban desarmados y haciendo únicamente labores de vigilancia en sus propiedades. La realidad en la actualidad es otra.

El Cisen ha detectado grupos armados de indígenas, bajo la figura de grupos de autodefensa, en las comunidades de Nahuatzen, Arantepacua, Camachuen, Turicato, Quinceo y Nurio, en donde se estima una agrupación de por lo menos 340 indigenas que se encuentran armados y movilizados en esa zona, los cuales realizan labores de seguridad, independientes a las de la autoridad federal. La autoridad estatal no tiene presencia policial en esos lugares.

Un polvorín

Los municipios que integran la zona de Tierra Caliente representan el punto álgido que no quiere ver ni oír el gobierno interino de Michoacán. Allí se encuentran levantados al menos 12 grupos civiles que reclaman seguridad y una política de mayor atención e inclusión por parte del Gobierno Federal.

De acuerdo a las estimaciones del Cisen, el grupo de michoacanos que actualmente se encuentran armados, ronda sobre los 2 mil y los 2 mil 200, la mayoría de ellos con residencia definida en las comunidades de la zona de Tierra Caliente.

En esos grupos hay profesionistas, agricultores, artesanos, campesinos, comuneros y estudiantes, todos ellos integrados en las rondas de vigilancia de sus pueblos. Son las comunidades de la Meseta Purépecha en donde hay más mujeres enroladas en las guardias comunitarias, se estima que por cada seis hombres hay una mujer que auxilia a los policías comunitarios en la función de vigilancia de sus tierras, sus personas y sus propiedades. 

En las guardias de la zona no se ha detectado la presencia de mujeres en las movilizaciones, convirtiendo el asunto de la vigilancia en cosa solo de hombres.

Más allá de la semántica

El gobernador interino Jesús Reyna ha dicho que en Michoacán no existen grupos de autodefensa, pero reconoce la presencia de algunas policías comunitarias, atribuyendo a la clasificación una disminución en el riesgo a la seguridad nacional, aunque no ha sido así para el Gobierno Federal que ha desplegado casi 2 mil efectivos federales en suelo michoacano.

Los grupos de autodefensa que surgieron como una respuesta de la población civil a la falta de apoyo de la autoridad estatal en materia de seguridad, han ido evolucionado su concepto de actuación social, tal es el caso en la Meseta Purépecha, en donde las guardias comunitarias no solo vigilan la seguridad de sus localidad, sino que intervienen activamente en la vida política, para procurar una mejor condición de vida en sus localidad.

El grupo civil armado de Aquila, dejando de lado el reclamo de seguridad, ha emplazado al gobierno de Michoacán a que libere a los detenidos en una cárcel federal, todos miembros de la guardia comunal de Aquila, acusados de delitos graves, so pena de que haya un desconocimiento total de la autoridad estatal y se inicie una jornada de resistencia civil por parte de toda la población, lo que neutralizaría la presencia del gobierno estatal en la zona de Aquila, según se le hizo saber al director de gobernación de esta entidad, Juan Carlos Becerra.

Entre los levantados en armas existe la convicción de que el gobernador interino de Michoacán está maniobrando a nivel federal para imputar delitos a todos los líderes comunales a fin de desarticular los grupos que se han comenzado a manifestar en contra de la administración estatal, a la que acusan de no actuar conforme a sus funciones para ejercer un gobierno para todos los michoacanos, “pues tiene olvidado a todo el estado, y solo gobierna para la capital”, han reiterado en distintos foros.

Redes, la otra arma

Aún cuando el contacto y la comunicación de los grupos civiles armados en cada localidad de Michoacán es estrecho con sus vecinos, también la comunicación es constante y permanente hacia el exterior de las regiones levantadas, principalmente con simpatizantes en la capital del estado.

Hasta allá ha llegado la preocupación de los ciudadanos por estar informados sobre las acciones que se llevan a cabo mediante ese movimiento.

La herramienta que utilizan para el manejo de su información hacia el grueso de la población es el Internet. Colocan videos el canal público de YouTube, en donde hay en forma permanente manifiestos y posturas de la dirigencia conjunta que se ha establecido entre los vecinos de Michoacán alzados en armas.

Allí, en los canales abiertos de comunicación, el vocero oficial de la movilización en el estado es José Manuel Mireles, comisionado por el Consejo Ciudadano de Tepalcatepec al frente del grupo de autodefensa en repetidas ocasiones ha culpado al gobierno estatal no atender sus reclamos de seguridad.

Mireles argumenta que el movimiento ha surgido por el cansancio de la población que solo ha visto “cómo este gobierno vino a desgraciar a Michoacán”.

A través de la Red, el líder de los levantados en Tepalcatepec ha hecho sendos llamados a los vecinos de otros pueblos de Michoacán, para que se sumen a la lucha y se levanten en armas para la defensa de sus familias y sus propiedades.

“Si estamos viendo que el gobierno estatal no quiere cumplir con su función”, argumenta.

Otros líderes comunales como Hipólito Mora, de la guardia comunitaria de La Ruana, ha advertido del riesgo de confrontación que se vive en Michoacán.

Tras conocer las intenciones del gobierno interino del estado para iniciar un proceso de detención de todos los que se han alzado para suplir la función del Estado en materia de seguridad, en la entidad se vive una constante tensión.

En un comunicado conjunto la mayor parte de los integrantes de las guardias comunitarias armadas de Michoacán se pronunciaron por la posibilidad de paralizar todas las oficinas del gobierno estatal si no se daba la liberación de los policías comunitarios de Aquila, a 20 de los cuales se les sigue un proceso por delitos del fuero federal, tras ser detenidos por elementos del Ejército.

Los papás dan la lección

Solo bastó que un grupo de padres de familia de la comunidad de San Lorenzo, en el municipio de Puruándiro, se armara de valor –tomando el control de la escuela primaria, ante la ausencia de los maestros de la CNTE- para que el ejemplo se replicara en varios municipios de esta entidad, en donde cada vez son más los padres de familia que ya se hacen cargo de la educación de sus hijos.

Desde que iniciaron las movilizaciones de los maestros que protestan desde el inicio del ciclo escolar por la reforma educativa, se estima que en Michoacán al menos 14 escuelas están bajo el control de grupos de padres de familia que han decidido quitar la educación de las manos de los maestros faltistas. 

En todos los casos, los padres convertidos en maestros de sus propios hijos, han pedido la intervención de la Secretaría de Educación del Estado (SEE), “a fin de que se haga algo y que se remueva a los maestros faltistas”.

“Pero no ha habido respuesta de la autoridad estatal, la que nos ha ignorado en el reclamo justo que le hemos hecho”, dijo Raúl Rodríguez, padre de familia que encabeza el movimiento en el municipio de Enaguan, en el corazón de zona indígena del estado.

En los casos en donde los maestros siguen al frente de las aulas para continuar con el plan y calendario escolar vigente para este año, se ha reclamado la intervención del gobierno estatal, pero la autoridad ha sido omisa, dados los convenios que ha pactado con el llamado magisterio democrático en la entidad, los que han hecho valer su palabra y no han tomado el centro de la ciudad de Morelia.

El propio titular de la SEE, Jesús Arias, ha reconocido que el cansancio de los padres de familia que se han decidido a quitar las escuelas a los maestros para asumir ellos mismos el trabajo de educación en la entidad se sigue expandiendo.

De acuerdo a la versión de Arias, son cuatro municipios en donde los padres han arrebatado el trabajo de educación de sus hijos a los maestros.

A decir del titular de la SEE en Michoacán, los municipios que actualmente registran “alzamientos” de los padres -como ha sido catalogado ese movimiento entre las mismas asociaciones de padres de familia de la entidad- se encuentran Puruándiro, Jacona, Angahuan y Santa Clara del Cobre.

Ahí, se han improvisado como maestros cerca de medio centenar de padres de familia.

A la cifra oficial de la SEE se deben añadir los municipios de Numarán, Cotija, Coalcomán, Nueva Italia y Copándaro, Chucándiro, Zináparo y Vista Hermosa, en donde también padres de familia están dando clases de manera colectiva -aunque no han tomado las escuelas formalmente-.

San Lorenzo, ejemplo de valor

Los padres de familia tomaron por su propia cuenta la educación de sus hijos, ante los paros laborales que realizaron los maestros  

La movilización de los padres de familia para arrebatar las escuelas paralizadas de las manos de los maestros faltistas, comenzó en el municipio de Puruándiro, en la comunidad de San Lorenzo. 

Allí, encabezados por Juan Carlos Orozco, decidieron no depender más de la voluntad de los docentes. Hicieron una reunión afuera de las escuelas y allí acordaron romper las cadenas de las puertas y abrir las instalaciones.

Luego, buscaron entre los habitantes del lugar quien cumpliera con el pérfil para suplir a los maestros. La planta docente emergente la conformaron con estudiantes de bachillerato, quienes dijero saber igual o más que los maestros faltistas, y así reanudaron las clases.

El 90 por ciento de la población estudiantil de la escuela primaria “José María Morelos” regresó a las aulas, y se encontraron con caras nuevas al frente del pizarrón. 

“El tiempo perdido no se puede reponer, pero al menos hemos logrado que los niños no se retrasen más y que mantengan un ritmo de aprendizaje similar al que venían sosteniendo”, explica Roberto Orozco, maestro emergente.

‘No podemos cruzarnos de brazos’

En el municipio de Vista Hermosa, Enedina Zamudio cansada de que en la escuela primaria de su hija no se impartan clases ha decidido tomar el control. 

Temiendo un retraso académico en su hija, que cursa el sexto año, y que desea continuar sus estudios de secundaria, Eneida comenzó a instruirla en la sala de la casa.

Poco a poco se fueron sumando compañeras de su hija para estudiar juntas. Actualmente tiene un grupo de 15 alumnos en su casa.

“Poder darle clases a mi hija para mí es un gusto. Yo no tengo la preparación de un maestro. Terminé solo la academia comercial (nivel bachillerato), pero pienso que no es difícil poder ir enseñando a los niños lo que viene como guía en los libros de texto. 

“A lo mejor no tengo la técnica para enseñar adecuadamente, pero repito lo que no van entendiendo. De esto a nada, pienso que es mejor tenerlos entretenidos”, explica Enedina.

En el municipio de Vista Hermosa, en la zona limítrofe de Michoacán con Jalisco -en donde el alcalde panista fue desconocido por su partido–, el movimiento de la CNTE es muy intenso, allí la mayoría de las escuelas se encuentran sin actividades desde hace más de tres semanas.

El hartazgo de los padres de familia, que con impotencia ven que no hay para cuando los maestros regresen a las aulas, es lo que motiva a Enedina en su improvisada labor. 

“Los padres de familia estamos cansados de tener estos maestros, creo que no lo merecemos, pero nadie nos escucha, nadie nos hace caso, y lo único que nos queda es aportar lo que tengamos a nuestro alcance, para que nuestros hijos no se queden sin educación”, dice Eneida con algo de enojo.

Como ella, al menos otros cinco padres de familia de ese municipio se han dado a la tarea de impartir clases en sus propias casas, con la esperanza de que sus hijos no pierdan el ciclo escolar, al menos en cuanto a conocimientos se refiere. 

“No podemos cruzarnos de brazos y ver que la educación de nuestros hijos se vaya al bote de la basura. La lucha de los maestros, puede que sea justa o legal para ellos, pero yo pienso que no pueden dejar de lado el compromiso que tienen con la sociedad”, asegura.

Proliferan escuelas en casas particulares

Igual que en Vista Hermosa, en Jacona y Numarán, casas particulares se han convertido en las escuelas provisionales de los alumnos que no están recibiendo instrucción académica por parte de sus mentores. 

En Jacona la labor la lleva a cabo el ingeniero electricista Luis Alberto Solís, quien sin pensarlo mucho se ha puesto al frente de un grupo de educación primaria. 

Comenzó por explicarle a su pequeño hijo, de segundo año de primaria, algo de historia, y en menos de dos semanas el grupo que atiende todos los días por la tarde cuando llega del trabajo, se incrementó a 12 alumnos.

Para impartir las clases, Luis Alberto se basa en los libros de texto, mientras espera que se decidan los maestros a regresar a clases.

En Numarán, el trabajo lo hace el maestro jubilado Juan Tafolla, de 72 años, vecino de la comunidad de El Palmito, dentro de esa demarcación, quien también ha ofrecido las instalaciones de su casa en la cabecera municipal para dar clases a los alumnos de primaria.

Lo hace en forma voluntaria, dice, sin aspiración de ningún tipo, que no sea servir a la comunidad.

“Me jubilé hace más de 16 años. Desde entonces no he tomado de nuevo un libro para enseñar”, explica “Pero hace unos días llegó a mi casa un niño de cuarto años, que me pidió que le enseñara a hacer unos quebrados. Me sorprendió cuando me dijo que ya tenía más de 15 días que no recibía clases. Le expliqué los quebrados, y al día siguiente regresó, pero volvió con otro compañeros, y después con otros tres, y así, hasta que llegué al grupo de 10 alumnos”.

La improvisada “escuela” de Juanito tiene ya dos semanas de actividades, y se sigue incrementando su matrícula.

Mientras los padres de familia asumen el trabajo de los maestros que se han dado a la tarea de protestar contra la reforma educativa, en Michoacán las aulas se siguen quedando vacías. 

Al paro generalizado que mantiene a los maestros de la CNTE en las calles, se han sumado los 10 institutos tecnológicos descentralizados que operan en esta entidad.

Los normalistas han dejado las aulas, le exigen al gobierno estatal que encabeza el interino Jesús Reyna García que les doten de 8 mil plazas automáticas, so pena de incrementar las acciones, que tienen que ver con bloqueos a la zona urbana de la capital del estado.

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