Un grupo de personas, encapuchadas y escudadas con palos y machetes, se robaron las urnas y el material electoral de la casilla 1440 ubicada en el municipio de Paracho. La razón del robo, de acuerdo a lo expuesto por los propios asaltantes, fue porque aseguraron no estar de acuerdo con este proceso electoral.
Según los vecinos testigos de los hechos, al lugar en donde se llevaba la elección en esta cabecera municipal llegaron al menos medio centenar de personas, la mayoría hombres con el rostro cubierto con pasamontañas y paliacates, quienes lanzaron consignas contra el Gobierno federal y tomaron las urnas y el material electoral.
Los funcionarios de la casilla consideraron que se pudiera tratar de un grupo de vecinos de la comunidad de Urapicho, la única del municipio de Paracho que oficialmente no estuvo de acuerdo en que este proceso electoral se llevara a cabo.
El robo de las urnas de Paracho, el único que se ha registrado en esta jornada, forma parte ya de los 679 incidentes que se han registrado en las oficinas centrales del Instituto Electoral de Michoacán, en donde se asegura que el 98 por ciento de las urnas fueron finalmente instaladas, aunque en 243 casos las mesas de votación se movieron de su punto original, por amenazas de rapto de urnas.
El mayor número de casillas que fueron movidas por recomendación del IEM son las que se encontraban en algunas escuelas controladas por maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), quienes desde la semana pasada insistieron en un boicot generalizado a las elecciones.
El robo de las cuatro urnas y cerca de 672 boletas que se habían dispuesto para la casilla 1440 de Paracho fue conocido por personal de la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales de la PGR, quienes apuntaron sus investigaciones hacia la comunidad de Urapicho, en donde se ha negado el acceso a los funcionarios federales que continúan con las pesquisas.
La tensión en la Mesta Purépecha ha ido en aumento después del robo de las urnas, dado que algunos vecinos de otras comunidades indígenas –en solidaridad con la población de Urapicho– han cerrado sus localidades al ingreso de la fuerzas federales que intentan realizar patrullajes por la zona.