Guanajuato alberga riesgos para migrantes que regresan o llegan

Fuerzas de seguridad del estado de Guanajuato, en el centro del país, liberaron a 13 migrantes hondureños que estaban secuestrados en varias casas de seguridad de una zona industrial de la localidad de Celaya y detuvieron a tres personas.

Según explicó el martes la fiscalía estatal en un comunicado, los tres detenidos -un hombre y dos mujeres- eran parte de un grupo de extorsionadores y secuestradores que operaba en la zona centro de México. Al menos 22 personas habían sido víctimas suyas en los último cinco meses.

Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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Fuerzas de seguridad del estado de Guanajuato, en el centro del país, liberaron a 13 migrantes hondureños que estaban secuestrados en varias casas de seguridad de una zona industrial de la localidad de Celaya y detuvieron a tres personas.

Según explicó el martes la fiscalía estatal en un comunicado, los tres detenidos -un hombre y dos mujeres- eran parte de un grupo de extorsionadores y secuestradores que operaba en la zona centro de México. Al menos 22 personas habían sido víctimas suyas en los último cinco meses.

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De acuerdo con los testimonios de dos de los migrantes, que se encontraban sanos y salvos, llegaron a Celaya en tren y ahí fueron abordados por una mujer que les ofreció trabajo y los llevó a una casa en donde supuestamente serían contratados para trabajar en una empresa local. Sin embargo, dicen, al llegar al domicilio fueron recibidos con armas de fuego y en ese lugar ya había otras personas de la misma nacionalidad.

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Otras de las víctimas dijeron haber sido abordadas en Querétaro, más al sur, donde les ofrecían transporte barato y sin riesgos a distintas partes de la región y, una vez sometidos, los trasladaban a Celaya.

Algunos de los plagiados eran deportados de Estados Unidos y dejaron familia en aquel país. Otros fueron secuestrados en otros estados mexicanos con la promesa de cruzarlos ilegalmente.

Los migrantes eran retenidos en las casas de seguridad, atados, amordazados y en condiciones insalubres, mientras se negociaba el rescate con sus familiares. Un hombre armado los vigilaba.

El contacto para atraer a las víctimas eran dos mujeres, una de ellas de nacionalidad hondureña, lo que generaba confianza con sus paisanos, añade la nota de la fiscalía.

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