Si bien la suma de estructuras de otros partidos da una alta competitividad a Morena en la región sur-sureste, también acrecienta su dependencia que tiene hacia la figura del presidente López Obrador, pues es él quien mantiene tanto el respaldo de la población como la cohesión al interior del partido oficial.
Históricamente, el primer mandatario ha recibido el respaldo del sur-sureste. En sus tres campañas presidenciales ganó Oaxaca y Quintana Roo, hoy en juego, así como Tabasco y Guerrero, ya gobernados por Morena. En tanto, Chiapas y Campeche votaron por él en dos ocasiones, mientras que Yucatán solo una, en 2018.
“Todo parece indicar que ese apoyo, esas estructuras, están construidas por el Presidente”, analiza sobre esta situación el doctor Nicolás Loza, profesor-investigador de FLACSO, en entrevista con Reporte Índigo.
De igual manera, cuestiona el “¿qué va a pasar cuando López Obrador pierda ese poder? Que lo va a perder en cuanto nombre al candidato presidencial. Lo más probable es que esta elección (2024) sobrevivan, pero creo que vamos a empezar a ver todos estos conflictos internos que están latentes de manera más visible”.
Con esto coincide Ricardo Tapia Basurto, académico de la UNAM.
“Morena, en los próximos años, tendrá que empezar a pensar cómo vivir sin Andrés Manuel en Palacio Nacional y con las fisuras que ya se anticipan”, dice.
Por lo que el especialista recuerda las declaraciones y el activismo político de los principales punteros para la candidatura presidencial de 2024.
“El principal activo político de Morena es López Obrador. Ese sin lugar a duda será el caso, las encuestas coinciden. A pesar de que la gente reprueba la gestión en materia de seguridad, economía, salud, educación, siguen apoyando ampliamente al Presidente. Es en este contexto que él está haciendo campaña y mandando a su Gabinete a hacer lo mismo”, concluye.