Además del abrumador respaldo popular que han recibido López Obrador y Morena en el sur-sureste del país, la consolidación de su fuerza en la región también ha contado con el apoyo, tácito o explícito, de gobernadores y estructuras de los partidos de oposición que decidieron cambiar de bando.
Al menos desde la primera marejada electoral de Morena en 2018 se ha señalado la afinidad de Alejandro Murat, gobernador priista de Oaxaca, con el presidente López Obrador. .
Señalamientos similares se hicieron en 2021 sobre Carlos Aysa, expulsado del PRI tras aceptar la embajada de México en República Dominicana, y en 2018 sobre Manuel Velasco, uno de los promotores de la adhesión del PVEM al bloque oficialista. Tras sus gestiones, Campeche y Chiapas pasaron a manos de Morena.
“Es algo completamente alineado a los orígenes y la historia de Morena. Surge como partido de escisiones del PRD, del PRI, del PAN, es un movimiento lógico y esperado para todos los que quieren estar cerca del partido en el poder y gozar tanto de los privilegios como de la impunidad asociada”, dice a Reporte Índigo el académico de la UNAM, Ricardo Tapia Basurto.
Si bien estas adhesiones de gobernadores le sirven a Morena para seguir ganando posiciones, “es más probable que eso aliente las divisiones y que distintos actores intenten rebelarse y jugar con cierta autonomía. Entonces será un proceso muy interesante ver qué tan disciplinado y qué tan consolidado se mantiene el partido en el Gobierno”.
Por su parte, Nicolás Loza, profesor investigador de FLACSO, destaca la importancia de estas estructuras para alcanzar los altos niveles de participación electoral que registran los estados del sur-sureste. Así como que, en efecto, estos grupos han dejado atrás a sus partidos de origen para buscar un lugar en Morena.
Esta tendencia, explica “es lo que incrementa mucho la fuerza en estas elecciones locales, que pareciera que nada tienen que ver con la presidencial del 2024, sin embargo, todos se alinean alrededor de Morena, solo los opositores más visibles, los más comprometidos con la ‘afición’ o los que pudieran tener problemas con Morena son los que no”.