NAIM: sin sitio ideal

La consultora internacional MITRE ha evaluado las alternativas para la construcción de un nuevo aeropuerto internacional en México desde hace 22 años. Sus estudios concluyen que las pistas en Santa Lucía son inviables y que Texcoco es la mejor opción
Imelda García Imelda García Publicado el
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La polémica sobre el destino del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) se ha centrado en las opciones de Texcoco o Santa Lucía, ninguna de las dos ideales, pero también las más realistas.

Para la localización de un nuevo aeropuerto en México, antes se analizaron otras opciones, que incluían construir hasta sobre los basureros ubicados en el Estado de México, al oriente de la Ciudad de México.

Las evaluaciones sobre las opciones posibles fueron realizados por MITRE, la consultora con orígenes en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), y considerada una de las más reconocidas en materia de aeronáutica a nivel mundial.

Desde hace 22 años, MITRE ha realizado diversos estudios sobre la mejor alternativa para la construcción de un aeropuerto internacional en México.

La conclusión a la que han llegado es que, aunque no hay un sitio ideal para la construcción de una nueva terminal aérea, es urgente dar una alternativa para desahogar la saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).

MITRE estudió algunas alternativas para esta obra desde 1996, cuando el AICM tenía ya dos años mostrando saturación de su actividad y su capacidad ya no fue suficiente para el flujo del aeropuerto capitalino.

En su análisis, MITRE señala que un buen momento para haber planeado una ampliación del actual aeropuerto fue en la década de los 70, antes de que la mancha urbana lo rodeara totalmente

Las alternativas de MITRE

La primera alternativa que MITRE analizó, en el año 2002, fue ampliar el AICM para construir una o dos pistas que pudieran dar mayor capacidad al aeropuerto con operación de hasta tres pistas simultáneamente.

El estudio preveía que para el 2014 el AICM necesitaría un sistema de tres pistas, capaz de operar a la vez, por la cantidad de operaciones que se realizarían ahí. Aun así, esta solución se vería rebasada en el 2020.

“Para construir tales pistas en el AICM, sería necesario expropiar zonas residenciales alrededor del aeropuerto actual y, por lo tanto, sería difícil y costoso hacerlo”, expone el estudio.

La ampliación del AICM quedó descartada por estar rodeado de zonas urbanas

Ya para el momento de la opinión de MITRE (2002), el AICM estaba completamente rodeado de colonias densamente pobladas, por lo que el problema social hubiera sido mayúsculo; esto, aunado a que la solución sería de corto plazo para la saturación del aeropuerto, si acaso de 7 a 10 años.

Otro lugar que MITRE estudió para construir un nuevo aeropuerto fue en los rellenos sanitarios que se ubican en el oriente de la Ciudad de México y un poco más al sur de donde se construye hoy día el NAIM.

Sin embargo, establecer ahí la nueva terminal también tendría varios retos: para construir las pistas, algunas zonas residenciales tendrían que haber sido expropiadas —ubicadas en los municipios de Nezahualcóyotl y Chimalhuacán— para tener mayor seguridad.

Además, los rellenos sanitarios tendrían que haber sido desenterrados y reubicados.

El siguiente sitio que analizó MITRE fueron los terrenos en Texcoco cercanos a la comunidad de Atenco, que fue el proyecto que intentó llevar a cabo el gobierno de Vicente Fox y no se llevó a cabo por el conflicto social.

Ese sitio fue calificado por la consultora como adecuado para construir el nuevo aeropuerto.

El proyecto fue rechazado por las comunidades cercanas al sitio y el conflicto social evitó que siguiera adelante.

Una vez que fracasó la construcción del aeropuerto en Texcoco en el sexenio de Fox, MITRE analizó la pertinencia de construir un poco más al poniente, en terrenos federales.

El tamaño y la ubicación del terreno hacen de Texcoco una solución ideal para la capital.

Además, ésta es la única opción que puede garantizar la expansión del aeropuerto y sus operaciones durante varias décadas.

“MITRE ha trabajado para México por 22 años, ha analizado todas las posibilidades (siete) para resolver el problema de saturación aeroportuaria de la Ciudad de México y entiende la importancia de discusiones venideras relacionadas con la continuación de la construcción o suspensión de la construcción de un nuevo aeropuerto en Texcoco, que es nuestra recomendación definitiva”, señala el nuevo análisis de la consultora.

MITRE estudió otra opción: construir otro aeropuerto en la comunidad de Zapotlán de Juárez, en Hidalgo, a unos 80 kilómetros de la Ciudad de México.

Las tierras de ese sitio se encuentran en un valle entre dos zonas montañosas que se utilizan principalmente para la agricultura.

Este proyecto incluía la construcción solamente de dos pistas, por lo que tendría que operar al mismo tiempo el AICM y esta terminal.

El primer inconveniente de este proyecto fue la distancia del aeropuerto a la Ciudad de México; en promedio, los aeropuertos que dan servicio a las grandes ciudades están a un máximo de 17 a 20 kilómetros, por lo que 80 kilómetros lo vuelve disfuncional.

El problema de la distancia traería, a la larga, el abandono de la terminal de Hidalgo, señala la consultora, pues las aerolíneas o vuelos que fueran enviados a ese aeropuerto crearía una discriminación a las aerolíneas, lo que acarrearía hasta conflictos de comercio con otros países.

Además, las condiciones orográficas no permitían construir allá un aeropuerto más grande, pues el terreno está cercano a montañas que interfieren con cuestiones de aeronáutica.

MITRE ha determinado inviable mantener la operación del AICM y construir dos pistas más en la Base Militar de Santa Lucía para hacer ahí una extensión de las operaciones del actual aeropuerto.

Y no se trata solamente de cuestiones aeronáuticas —pues argumenta que se crea un área de interferencia en el descenso de las aeronaves que puede traer problemas de seguridad—, sino que crearía problemas donde actualmente no los hay.

Uno de ellos es que aumentaría la exposición al ruido de las comunidades cercanas que hoy son “muy tranquilas”; otro es que para tener la capacidad deseada, se deberán adquirir terrenos adyacentes.

“Santa Lucía en sí misma (si fuera la única opción): es determinada inviable debido a su espacio limitado, que requiere la demolición de la Base (Militar), la tierra necesita ser adquirida justo después de los problemas de Atenco, y, lo que es más importante, la exposición al ruido a las comunidades circundantes”, señala MITRE.

Los patrones de descenso de las aeronaves no podrían ser modificados, insiste la consultora, por las montañas cercanas al lugar.

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