Para Andrés Manuel López Obrador, la consulta ciudadana no fue simplemente un mecanismo para legitimar su decisión sobre el futuro del Nuevo Aeropuerto Internacional de México; el resultado del ejercicio le sirvió para marcar un triunfo contra sus opositores en la arena política y en la arena empresarial.
Esta decisión, dijo, deja claro que ahora hay una frontera entre el poder económico y el poder político.
Además López Obrador indicó que “la decisión que tomaron los ciudadanos es racional, democrática y eficaz”, por la que se dijo muy alegre, y desechó así los cuestionamientos que prevalecieron por las irregularidades que se presentaron en la consulta ciudadana, como la posibilidad de votar varias veces, el uso de boletas sin folio, el reparto desigual de boletas en zonas afines a Morena, entre otras.
El mandatario electo explicó que poco a poco se va a ir entendiendo la nueva forma en que funcionará su Administración.
“El gobierno representa a todos y estoy seguro que se va a ir entendiendo. Cuesta trabajo porque todavía no termina de desaparecer lo antiguo, lo viejo, lo anacrónico. Pero ya, ya viene lo nuevo”, apuntó.
Acompañado por Javier Jiménez Espriú, próximo secretario de Comunicaciones y Transportes; Alfonso Romo, futuro jefe de la Oficina de la Presidencia; y José María Riobóo, asesor en materia de infraestructura, uno de los constructores con más participación en su periodo como jefe de Gobierno de la Ciudad de México (2000-2005) y quien ha sido impulsor de la cancelación de las obras en Texcoco, López Obrador aseguró que éste no tendrá ninguna participación en las obras de Santa Lucía.
El presidente electo negó que la depreciación del peso obedeciera a la decisión de cancelar el NAIM, y dijo que podría tratarse de factores externos.
“Pues es, diría yo, normal. Ya una vez que informe, se van a tranquilizar las cosas. No es significativo”, afirmó López Obrador.
Aseguró también que está garantizada la operación simultánea de Santa Lucía y el actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México al 100 por ciento; esto a pesar de que el gobierno de Francia en México se deslindó de haber realizado algún estudio al respecto y aclaró que lo único que se hizo fue recomendar a la empresa Navblue para determinar la viabilidad, acotando que la misma señaló en el análisis que entregó que se requerían muchos otros parámetros a tomar en consideración antes de poder llegar a esa conclusión.
Ofrece pago o trato
El presidente electo afirmó que los empresarios e inversionistas no tienen de qué preocuparse por la cancelación del NAIM en Texcoco, pues podrán hacer las obras en Santa Lucía o en cualquier otro proyecto de los que se tienen planeados en el siguiente sexenio.
“Vamos a hablar también con los empresarios y con los contratistas para llegar a un acuerdo. Hay la posibilidad de que sigan con los contratos haciendo la obra en Santa Lucía, el mismo volumen de obra en Santa Lucía o llegar a arreglos. Y en todo caso se va a actuar con apego a la legalidad”, expuso. En los proyectos de obra del próximo sexenio se pretende que haya inversión por más de 30 mil millones de pesos, indicó, por lo que las oportunidades de inversión serán numerosas.
Se ha calculado que la cancelación de las obras del NAIM traerá un gasto al país de 100 mil millones de pesos; el presidente electo dijo que no habrá problema para tener acceso a esos recursos y cumplir así los compromisos del Estado para cancelar los contratos de forma legal.
López Obrador dijo que el pago a los contratistas por la cancelación de las obras en Texcoco está garantizado con el recurso del fideicomiso para el NAIM, que tiene alrededor de 80 mil millones de pesos, respaldados por los recursos que serán obtenidos por la Tarifa del Uso Aeroportuario (TUA).
Además afirmó que no ha habido oposición de los contratistas al proyecto de Santa Lucía, y hasta ahora no se ha presentado ninguna demanda contra la decisión o la consulta.
El mandatario electo aseguró que él tomará la responsabilidad jurídica de cancelar la obra en Texcoco y negó haber engañado a la clase empresarial, como acusó la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
“Yo no engaño a nadie. Yo hablo con la verdad. Yo tengo autoridad moral”, sentenció.
El político dijo que a los empresarios se les “va a liquidar completo” si así lo deciden, por lo que no hay ningún problema para los inversionistas.
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