La pandemia de COVID-19 transformó la percepción de los habitantes capitalinos, quienes empezaron a notar problemas ambientales como las talas irregulares de árboles.
Según datos de la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT) de la capital del país, hasta apenas en el 2020 empezaron a registrarse nuevamente quejas por las violaciones a las leyes ambientales en temas de arbolado, construcción, zonificación y vibraciones.
Especialistas en sociología consideran que entre los factores más importantes que provocaron dicha situación está el confinamiento por la pandemia del nuevo coronavirus que hizo que los capitalinos notaran más lo que sucedía en su entorno cotidiano.
Opinan que podría ser el inicio de un cambio de conciencia social hacia una mejor comprensión de las problemáticas ambientales en general.
Denuncias en pandemia
Durante el 2020, cuando se dio el confinamiento y hubo suspensión de actividades no esenciales de marzo a julio por la pandemia de COVID-19, las denuncias ciudadanas por delitos ambientales presentadas ante la PAOT disminuyeron en general un 75.8 por ciento.
Según las estadísticas del órgano, que se pueden consultar en su portal electrónico, en 2019 recibió 5 mil 169 quejas en total, cifra que se redujo a mil 249 durante todo el 2020.
En la mayoría de los motivos de queja, la reducción de querellas fue del 100 por ciento.
Pero en el 2020 fue la primera vez en que se registraron quejas por temas de arbolado, construcción de edificios, zonificación de áreas verdes y vibraciones. Respecto al caso del arbolado, que son las denuncias por la tala no autorizada de árboles, en el 2020 fueron 88.
De 2002 a 2019 tampoco hubo ninguna queja por el tema de construcciones y solo en el año pasado se interpusieron 224, dicho tema fue el tercero con más denuncias en 2020 y su incidencia representa el 17 por ciento del total de las quejas.
Le siguen las querellas en el rubro de zonificación, referentes a las violaciones de áreas verdes protegidas, que en 2020 sumaron 25 pero de 2002 a 2019 no se registró ninguna.
Por último figuran las querellas por vibraciones que tienen que ver con las repercusiones a inmuebles por construcciones y en el año pasado se interpusieron tres, pero en las dos décadas anteriores no hubo.
Los factores de los problemas ambientales
El 2020 fue la primera vez que se presentaron quejas por los delitos mencionados debido a tres factores: la coyuntura política actual, la creciente conciencia ambiental de la sociedad y, principalmente, la pandemia por COVID-19.
Así lo explica la socióloga de la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Librada Moreno Castro.
“El 2020 fue un momento político electoral donde los partidos hicieron hincapié en temas de desarrollo urbano que al denunciarlos, les beneficiaron políticamente”, señala.
Mientras que el segundo elemento se debe a la creciente conciencia ambiental de la sociedad, principalmente de los jóvenes, considera la especialista.
Por último, y el más importante, es el confinamiento por la pandemia de COVID-19 que decretaron las autoridades del Gobierno de México el 23 de marzo de 2020 y concluyó de manera parcial el mes de julio de ese año.
Librado indica que la pandemia dio una oportunidad a la ciudadanía de repensar su espacio personal debido a que el gobierno suspendió actividades presenciales y no esenciales mientras que las oficinas y empresas optaron por el trabajo a distancia.
“Conocimos de modo diferente nuestro espacio íntimo y nuestra cotidianidad”, declara.
Por ejemplo, explica, que el hecho de que las quejas por el tema de arbolado se hayan presentado por primera vez en 2020 es porque la gente pasó más tiempo en su hogar y notó más las problemáticas cercanas.
“Los hogares dejaron de ser solo un lugar para dormitorio y se convirtieron en los lugares comunes de convivencia y de trabajo donde las personas pasaron la mayor parte de su tiempo”, menciona.
La académica de la UNAM detalla que el cambio de percepción de los capitalinos sobre los problemas ambientales cotidianos podría ser el inicio de un cambio de conciencia.
“Es un paso inicial hacia un cambio de conciencia sobre los problemas del planeta, porque ahora que ya notaron lo que antes no, ya no dejarán de hacerlo y la comprensión de los problemas ambientales podría aumentar y en el futuro habrá una sociedad más relacionada con el medio ambiente en general”, declara.