‘Pobreza es prioridad, no la Casa de Gobierno’
En Zacatecas las prioridades son atender la pobreza, mejorar la salud, incrementar el acceso a la educación y fomentar la ciencia, dice la ex gobernadora perredista Amalia García.
No es prioridad hacerse una casa estilo Las Vegas como la que realizó el actual gobernador priista, Miguel Alonso Reyes.
Es cautelosa y no quiere hablar sobre las decisiones de la administración.
Para ella cuanto terminó su gestión cerró la página.
Armando EstropEn Zacatecas las prioridades son atender la pobreza, mejorar la salud, incrementar el acceso a la educación y fomentar la ciencia, dice la ex gobernadora perredista Amalia García.
No es prioridad hacerse una casa estilo Las Vegas como la que realizó el actual gobernador priista, Miguel Alonso Reyes.
Es cautelosa y no quiere hablar sobre las decisiones de la administración.
Para ella cuanto terminó su gestión cerró la página.
Sin embargo está convencida que había muchas otras cosas en qué invertir 20 millones de pesos en lugar de remodelar la Casa de Gobierno, ahora llamada Casa Bellagio.
“Mi opinión es que hay prioridades. Las prioridades del Estado son atender los problemas que ha dejado la sequía. El campo también es prioridad, la pobreza, la salud, la educación, la ciencia, la cultura”, dice mientras entrecruza los dedos.
La ex gobernadora de este estado del noreste mexicano habla con calma. Luego de una maratónica sesión en la Cámara de Diputados aprovecha la entrevista para comer una arrachera.
Insiste en que las condiciones de Zacatecas son preocupantes y por eso el presupuesto se tiene que usar de acuerdo a la Ley y en los temas que le urgen a los ciudadanos.
“El estado tiene enormes necesidades, enormes. Y creo que en todo caso se debe de canalizar ese recurso tanto en el marco de la ley como en función de los requerimientos y las prioridades que hay en la comunidad”, dice.
Cuida las palabras. Destaca que más que por la polémica que ha generado la remodelación de la casa, en la que fuentes del gobierno zacatecano aseguran se hizo una réplica de la suite del Hotel Bellagio, se tiene que dar a conocer el detalle del costo porque es la obligación legal.
“El Gobierno en todo caso sabe que tiene la obligación de informar. Y es que no hay nada en la página electrónica del Gobierno, me parece sería esencialísimo que esté presente toda la información en la página electrónica toda la información.
“Sé que no hubo licitación. Y pues ante todo esto que ya es público lo mejor es que se transparente. Porque además los tres órdenes de gobierno están obligados a rendir cuentas y a transparentar su actuación. Eso es lo obligado”, advierte.
Recuerda que recientemente Enrique Peña Nieto, priista igual que Miguel Alonso Reyes, presentó una iniciativa para incrementar las facultades del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI).
Además de que existe un órgano de transparencia en Zacatecas, una ley estatal en la materia y convenios del gobierno del estado con organizaciones ligadas a la transparencia del gasto público.
“En Zacatecas hay un instituto estatal de acceso a la información, una ley estatal que entró en vigor en el 2005 y obliga a responder todo, se firmó además unconvenio con Infomex”, insiste.
Muebles viejos, pero en buen estado
La casa de gobierno, según detalla la legisladora federal, era sobria y un buen lugar para oficinas.
Los muebles eran viejos pero en buen estado. En cambio ahora Alonso Reyes le puso piso de mármol español, aires acondicionados, herrería y carpintería nueva. Mandó hacer un closet con muebles específicos para sus corbatas, para sus camisas y otro para zapatos.
Todo por un monto que originalmente costaría 11 millones 900 mil pesos y terminó costando 20 millones. Esto consta en el oficio PLA-AP/0569/11.
Se entregó en adjudicación directa a la empresa Desarrolladora y Constructora Metro S.A de C.V con el contrato SECOP-PEO-013-2011.
“Era una casa muy sobria y muy agradable para trabajar. Se lo puede decir todo el gabinete que trabajó conmigo”, relata.
Trabajar en el Palacio de Gobierno era difícil, dice, pues frente está la Plaza de Armas que es un espacio utilizado frecuentemente para eventos culturales y artísticos con sonido y actividades que podían distraer.
Los seis años de su gobierno ella nunca pensó en vivir en la ahora Casa Bellagio, pues prefirió que siempre fueran oficinas. La opción de Amalia García fue rentar una casa para vivir.
“Yo desde que entré renté una casa. Los primeros dos años, y no quiero equivocarme, eran 12 mil pesos. Y después los últimos tres años fueron 15 mil pesos, eso fue lo que terminé pagando”, destaca.