Los participantes aún no saben si jugarán la contienda del partido que va a comenzar, pero están tomando previsiones para no recibir un gol.
No saben si estarán en la banca, pero ya traen el uniforme bien puesto en espera de ser los titulares de su equipo en la contienda. Lo importante ahora es preparar a la defensiva que los ampare de un gol tempranero en el 2018.
Al menos tres funcionarios del gabinete, un dirigente nacional partidista, tres gobernadores y un excontendiente presidencial tienen registrado su nombre como una marca ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).
Si tu nombre va a estar en todas partes, hay que protegerlo, así piensan los presidenciables. Aparecerá en las bardas, en las camisetas y en las redes sociales en Internet, donde puede tener implicaciones en las que lo mejor será tenerlo protegido.
El secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong ya protegió su nombre como una marca para “campañas publicitarias”, y también los secretarios de Educación y de Hacienda, Aurelio Nuño Mayer y Luis Videgaray Caso, respectivamente; el priista Manlio Fabio Beltrones, los gobernadores Eruviel Ávila, Rafael Moreno Valle, Jaime “El Bronco” Rodríguez Calderón y Andrés Manuel López Obrador.
Estos políticos saben que un acta de nacimiento es insuficiente para proteger su nombre. Tramitaron el registro de marca como si fueran un producto original que sale a conquistar el mercado. ¿Acaso eso no son las campañas políticas? Así como lo hacen las refresqueras para que nadie les copie su fórmula en el mercado, como lo hacen las cadenas de restaurantes y golosinas.
Los candidatos buscan sobre todo una protección moral ante la ley. Por ejemplo, con este reconocimiento puede ser más fácil ganar un litigio por información errónea o difundida en Internet desde una cuenta paralela o “perfil engañoso”. Las campañas publicitarias con estos nombres deberán de tener la autorización del titular. Es como salir a la cancha con unas buenas espinilleras.
La protección industrial les da la oportunidad a los autores o dueños de los registros de proteger su nombre, así como exigir que se mantenga la integridad de sus obras y de su título y con ello impedir su reproducción en forma imperfecta o desfigurada.
“De la vertiente que corresponde al derecho autoral conviene decir que la creación de la obra intelectual protegida legalmente, confiere al autor dos grupos de prerrogativas, dos aspectos de un mismo beneficio: el que se conoce como derecho moral o derecho personalísimo del autor y el derecho económico o pecuniario. En realidad no se trata de dos derechos, sino de dos aspectos o fases del mismo derecho”, afirma David Rangel Medina en su ensayo ‘Derecho de la propiedad industrial e intelectual’ publicado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
En México, el reconocimiento al derecho de protección de datos personales, en los que se incluye el nombre y otras informaciones, inició apenas en el año 2000, cuando se promovieron diversos proyectos legislativos que no rindieron grandes frutos.
En 2007, el Congreso de la Unión aprueba una reforma al artículo sexto constitucional, aquel que contempla lo relacionado con la libertad de expresión, en el que establece la protección de los datos personales y la información relativa a la vida privada, así como el derecho de acceder y corregir sus datos que obren en archivos públicos.
No sería raro que en los próximos días haya más registros de presidenciables y candidatos a otros puestos con miras a la contienda de 2018, aunque el registro lo pueden realizar en cualquier momento, pues la ley mexicana protege a los dueños de sus nombres y hasta de sus apodos en caso de controversia, es decir, un nombre como marca no puede ser registrado por un tercero.
La ley establece que no podrán ser registrado como marca “los nombres, pseudónimos, firmas y retratos de personas, sin consentimiento de los interesados o, si han fallecido, en su orden, del cónyuge, parientes consanguíneos en línea recta y por adopción, y colaterales, ambos hasta el cuarto grado”.
La Ley de la Propiedad Industrial, en su artículo 89, indica que “el nombre propio de una persona física, siempre que no se confunda con una marca registrada o un nombre comercial publicado” puede constituir una marca.
Es el caso de estos candidatos cuyo nombre ahora, en el contexto de las campañas políticas para las elecciones de 2018, es además una marca registrada. La pelota ya está en juego. Lo importante por lo pronto es acoplarse al terreno para dar un buen juego y no recibir un susto tempranero que desencadene una goliza.
Ocho ya prevenidos
Al menos ocho presidenciables ya están listos para la contienda en materia de protección industrial de su propio nombre en busca de contrarrestar la posible guerra sucia en su contra.
El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, ya registró su nombre para su utilización en campañas publicitarias.
El 29 de abril pasado solicitó el registro de su nombre como marca nominativa para su uso en “campañas publicitarias” con los expedientes 1741990 y 1741992.
Lo mismo hizo Aurelio Nuño Mayer, de acuerdo con los expedientes 1256274 y 1256277 desde el 8 de marzo de 2012. En esa misma fecha se dio de alta el secretario de Hacienda Luis Videgaray Caso, de acuerdo con los expedientes 1256283 y 1256285.
Los secretarios tienen dos registros cada uno, uno con sus dos primeros nombres y el otro con sus apellidos maternos.
El dirigente nacional del PRI tiene registrado un sitio de noticias desde 2012, el cual tiene poca actividad. Se puede consultar en la liga www.beltrones.com. En el sitio hay textos, fotos y videos de las actividades del exgobernador de Sonora. Hay un apartado de su biografía y un espacio en donde habla de su familia y su trabajo en el Congreso.
El gobernador Eruviel Ávila Villegas posee el registro 1180707 y 1180960 como marca nominativa y mixta. Uno de los registros es para “servicios de publicidad con el objetivo de difundir programas sociales”.
La titularidad de este registro está a nombre de Carlos Iván Reali Cárdenas y tiene su domicilio en la colonia Valle del Tepeyac.
El gobernador de Puebla, el panista Rafael Moreno Valle cuenta con el registro 1738218 que acredita su nombre como una marca mixta.
El hombre que retó a las instituciones, Andrés Manuel López Obrador, fue muy prudente y cuenta desde el 15 de enero de 2007 con su registro de marca como “Presidente Legítimo de México”. En la imagen se aprecian los colores de la bandera y tiene el águila juarista. La solicitud fue publicada ya como “solicitud abandonada” en la Gaceta de la Propiedad Industrial.
Por último, el gobernador independiente Jaime “El Bronco” Rodríguez cuenta con su registro de marca “Bronco Independiente” y su logotipo para “publicidad, gestión de negocios comerciales, administración comercial y trabajos de oficina, servicios jurídicos, servicios personales y sociales prestados por terceros para satisfacer necesidades individuales”.
Tiene los registros 1638332 y 1638334 desde el 28 de julio de 2015 con una dirección en Santa Catarina, Nuevo León.
Trump… hasta en el baño
El aspirante presidencial que más registros de su nombre tiene en el Instituto Mexicano de la Protección Industrial (IMPI) es… Donald Trump.
El empresario se ostenta como dueño de Trump Marks LLC y tiene su sede empresarial en el número 75 de la Quinta Avenida de Nueva York. Ahí está el edificio conocido como la Torre Trump.
La empresa de Donald Trump está registrada en México para casi diversos servicios. Tiene al menos nueve registros para las actividades que desempeñan sus empresas en nuestro país. Puede ofrecer seguros y asuntos financieros, bienes raíces, administración de inmuebles y cajas de ahorro, casas de cambio, transferencia electrónica de fondos, depósito de valores, y asuntos del ramo en general.
Las empresas de Trump tienen al menos dos representantes en la Ciudad de México.
Cuando le han preguntado cómo construirá el muro Trump lo ha dicho: “¡Soy un constructor!”. En México tiene registro de su marca para el manejo de materiales de construcción, como vigas, asfalto y revestimientos.
También se dedica al hospedaje de personas, así como la administración de bares, cafés, cafeterías, cantinas, casas de huéspedes y merenderos, entre otros. Muchas de estas actividades están estrechamente vinculadas con el turismo.
En el IMPI tiene también un registro de marca para servicios de clubes de golf, así como la organización y dirección de cursos para este deporte.
Trump registró su nombre para fabricar en México todo tipo de muebles, persianas para las ventanas, sillas, recámaras, ganchos no metálicos para ropa, mesas de noche, sillones reclinables, clósets, espejos y diversos productos de madera, caña, corcho, junco, mimbre, hueso, cuerno, marfil, hueso de ballena, concha nácar, espuma de mar y sustitutos de estos materiales en plásticos.
Puede comercializar prendas de vestir, calzado, artículos de sombrerería, trajes, corbatas, camisas de vestir, calzoncillos, ropa deportiva, ropa exterior, calcetines, bufandas y guantes.
También Trump ha inspirado a mexicanos a hacer productos con esta marca en ramos que el magnate estadounidense no lo ha hecho.
Hay al menos dos registros de tequila con esta denominación. Uno está a nombre de Hugo Apolo Madrigal Velazquez, en Guadalajara, Jalisco. La caja de la botella tiene cierto parecido con la forma de la Torre Trump, en la Quinta Avenida de Nueva York. Fue registrado desde septiembre de 2007.
Hay otra marca de tequila con este nombre cuyo titular es Brad Donovan, en Zapopan, Jalisco, efecutado desde el 28 de noviembre de 2007.
El mismo Donald Trump tiene registro de su nombre para la fabricación de bebidas alcohólicas en México.
Hay además mexicanos que registraron la denominación “Trump” para marcas de café, fertilizantes e incluso una empresa de reclutamiento de personal.
Hay hasta un registro a nombre de Antonio Félix Battaglia Moreno para utilizar la marca “Trump” en un papel higiénico.
Al parecer, Trump estará hasta en el baño.
En sus marcas… no todos están listos
No todos los políticos presidenciables están registrados como marca. Hay quienes se han tomado esta medida con mesura y aún no tienen su registro en esta base pública.
Margarita Zavala, por ejemplo, carece de estas licencias en el registro público del IMPI. Aunque tiene su fundación Yo con México, con cuya plataforma se busca perfilar en busca de la Presidencia de la República, ya sea con el PAN o como candidata ciudadana, en el registro no hay reporte de este trámite.
Otros panistas que no se han registrado son el dirigente nacional del Partido Acción Nacional (PAN), Ricardo Anaya, así como su antecesor, Gustavo Madero, quienes han figurado como aspirantes presidenciales.
Otro presidenciable del gabinete que no ha realizado este registro es José Antonio Meade, actual secretario de Desarrollo Social.
En las entidades, por parte del PRD se ha mencionado por aspirante por la Presidencia a Graco Ramírez, actual gobernador de Morelos, y al jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Ambos carecen de este registro.
Por parte de los candidatos independientes, el excanciller Jorge Castañeda es titular de registros de organizaciones como Despertar Ciudadano (número 31445), Somos muchos (853591) e Ideas del cambio (858815), pero no ha hecho trámites sobre su nombre.
Pedro Ferriz de Con es una figura pública y tiene registrado su nombre como marca para “servicios de comunicación”. Es dueño de un portal de noticias con su nombre.
La académica Denise Dresser, quien ha manifestado que podría ser candidata ciudadana, tampoco ha hecho este registro.