En el Paquete Económico 2016 presentado a los diputados locales por el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez, propone la creación de un sistema de verificación vehicular con miras a reducir las emisiones contaminantes de autos en circulación.
Pero el proyecto de “El Bronco” llega en un momento político de estira y afloje entre el congreso y el estado, por lo que la medida ya ha sido tomada por muchos como recaudatoria. Otros aseguran que es un cortina de humo para desviar la atención de otros temas.
El área metropolitana de Monterrey está catalogada como una de las más contaminadas del país.
Incluso el año pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) analizó la calidad del aire de más de mil 600 ciudades en 91 naciones y fue la capital regiomontana la más contaminada del país, incluso por encima de Toluca y la Ciudad de México.
Los estudios sobre contaminación coinciden en que cuando un vehículo posee un carburador en malas condiciones, emite hasta más del doble de contaminantes.
Es por eso que la verificación vehicular ha sido propuesta como una de las medidas para tratar de controlar estas las emisiones.
Este método de revisión ya fue implementado en 1991 por el entonces gobernador Sócrates Rizzo, pero fue cancelado en 1994 por presuntos actos de corrupción de los empleados que operaban en los centros de revisión.
El sector académico considera que un sistema de verificación vehicular es necesario y que, si se ejecuta a la par de otras y de manera transparente e integra, puede ser de gran ayuda.
El doctor en conservación y desarrollo sostenible, Ernesto Enkerlin Hoeflich, se mostró a favor de la implementación de la medida, pero de forma transparente.
“Hay que buscar un esquema para Nuevo León, yo creo que la verificación vehicular, en el sentido amplio sí sería una cosa adecuada. Beneficiaría para mejorar la calidad del aire de la ciudad”, detalló el experto.
El profesor e investigador del Tecnológico de Monterrey, destacó la importancia de que cada ciudadano se asegure de que el vehículo que conduce, no esté generando excesivas cargas contaminantes a la atmosfera.
Asintió que la verificación se toma como una medida de sanción, pero que el caos vial que existe en Monterrey, como en muchas ciudades del mundo, obliga a tomar medidas.
Enkerlin Hoeflich instó a que se elabore un mecanismo que mejores la calidad el aire, pero pidió transparencia en el proceso.
“Tiene que ser un mecanismo transparente, tiene que ser un mecanismo efectivo y que funcione en las condiciones de la metrópoli, porque si no, no vamos a salir adelante con el tema”, dijo.
‘Dos grandes estrategias’
La verificación vehicular sólo sería un elemento de muchos que se deben atender, consideró Gerardo Mejía Velázquez, profesor, investigador y coordinador del Laboratorio de Modelación Ambiental del ITESM.
“Un plan de movilidad integrado al desarrollo urbano y que busque reducir impactos al medio ambiente y obviamente mejorar la calidad de aire, y sería de una forma integral esa planeación, Y pues que haya mucha transparencia”, señaló.
La profesionalización del transporte público es imprescindible para lograr que un programa como el propuesto funcione, consideró Mejía Velázquez
“Hay dos grandes estrategias, una es cómo le hacemos para que suba el transporte público, mejorando su calidad y que haya menos viajes en particulares”, dijo.
Además de la eficientización del transporte público por medio de incentivos a las empresas y el mantenimiento a la flota vehicular particular, añadió que será recomendable parar el desarrollo desmedido de la mancha urbana y atender el tema de la industria.
“Mucha partícula que vemos aquí tiene su origen en procesos de combustión de azufre que viene de la refinería, de los combustibles que tienen azufre, que quema la industria y que quema el transporte”, detalló Mejía Velázquez.
Describió que fracaso de la verificación vehicular durante la gestión del exgobernador Sócrates Rizzo fue porque además de ser incompleta, provocaba alteraciones que contaminaban más y que se prestaban para actos de corrupción.
“Decían, no pasó pero se lo arreglo y le cobraban 50 pesos y ya con eso pasaba, pero le abrían más aire y al ponerle más aire se genera baja en los hidrocarburos y el monóxido de carbono, que son dos contaminantes, pero suben los óxidos de nitrógeno.
“Y al subir ése otro, subía el ozono y la gente que le dio seguimiento dijo que eso subía el ozono, pues sí porque como decía al principio, un programa mal implementado, va a llevar a una serie de problemas”, recordó.
Una medida estridente e inservible
El ecologista Guillermo Martínez Berlanga afirmó que la verificación no eliminará la contaminación, porque los autos son tan sólo una de las muchas fuentes de contaminación.
“Habría que ver qué hacer con las fuentes fijas, qué hacer con la desertificación, con la depredación de la montaña, con las 72 industrias de alto riesgo y la falta de un millón de arboles en la zona metropolitana.
“Entonces, están marcando la medida como las clásicas de este gobierno, estridentes y totalmente inservibles”, denunció.
Martínez Berlanga apuntó que en Nuevo León existen 2 millones 2 mil vehículos, y que probablemente alrededor de 500 mil, no pasarían la prueba.
Y los más afectados serán los ciudadanos, afirmó, por lo que se debe optar por rejuvenecer el parque vehicular con la implementación de un fondo de préstamos.
Como parte de esa globalización ambiental, el especialista recomendó reforestar un millón de arboles y no destruir las montañas.