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El ambicioso programa de infraestructura que había proyectado el gobernador electo de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, por más de 134 mil millones de pesos para el estado, se encuentra en vilo ahora que se ha reactivado la confrontación directa con el equipo del futuro presidente, Andrés Manuel López Obrador.
La estrategia para el desarrollo de obra pública en el estado que estaba prevista como parte de lo que Alfaro Ramírez llama su proyecto de “refundación”, consideraba la inversión de esa bolsa multimillonaria de la mano de la Federación, debido a las limitadas capacidades de gasto que presenta el Gobierno estatal.
Aunque la interacción entre López Obrador y Alfaro Ramírez parecía haber entrado en una fase de concordia y cooperación respetuosa tras la visita del presidente electo a Guadalajara, en su gira de agradecimiento del 18 de septiembre, ambos grupos políticos se han reinsertado otra vez en una relación tensa.
El posicionamiento que emitió Alfaro Ramírez el 22 de noviembre advirtiendo que el presidente electo estaba impulsando planteamientos que vulneran “los principios constitucionales que le dan cohesión a nuestra nación en tanto República Federal”, puede significar en los hechos el cierre definitivo de la llave de los fondos federales que tanto requiere para su “refundación”.
Así lo sugieren las duras formas que usó la lideresa nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky Gurwitz, para reclamarle al jalisciense ese mensaje, acusándolo incluso de tener por motivo real una negativa a rendir cuentas sobre el uso de los recursos públicos.
“Creo que cree (Alfaro Ramírez) que venía a hacer lo mismo que había hecho en el pasado, recuerden que él cuando fue alcalde se mete de candidato sin haber entregado las cuentas públicas, todavía hasta ahorita están pendientes sus cuentas públicas como presidente municipal de Guadalajara, (…) cree que las cosas deben seguir así y así no deben seguir, nosotros queremos que haya orden, disciplina, transparencia, que las cuentas que se manejan con dinero público a nivel federal, estatal y municipal se transparenten”, dijo el pasado 23 de noviembre.
Revive la guerra
El 18 de septiembre todo indicaba que López Obrador y Enrique Alfaro habían firmado las paces, cuando el primero dijo en Guadalajara: “Hoy al mediodía me reuní con el gobernador de Jalisco, tanto con el gobernador actual (Aristóteles Sandoval Díaz) como con el gobernador electo (…) no olviden ustedes que los municipios, los Estados, son libres y son soberanos, y tengo que ser respetuoso de las autoridades locales y así vamos a actuar”
Proyectos de infraestructura de Alfaro Ramírez, como la “Red Metropolitana de Transporte” con múltiples líneas de camiones articulados y una de tren ligero, todo por 25 mil 500 millones de pesos; o la “Red Estatal de carreteras de primer nivel” por 35 mil 741 millones de pesos; y las obras hidráulicas en todo el estado por 56 mil 386 millones de pesos (incluyendo la presa El Purgatorio de 9 mil 300 millones de pesos), parecían tener posibilidades presupuestales.
Sin embargo, Alfaro Ramírez emitió el 22 de noviembre un mensaje contra el centralismo que atribuye al presidente electo, y que caló muy hondo en los morenistas, como lo evidenció Polevnsky Gurwitz al reclamarle.
“El presidente va a gobernar para todos, ha venido, ha tenido una relación muy amable, muy cordial, a mí me llama la atención que a la cordialidad del presidente, él (Alfaro Ramírez) responda en la forma en que ha respondido; no es la manera, creo que se está equivocando en las formas”.
Para rematar, la lideresa de Morena manifestó su apoyo resuelto a Carlos Lomelí Bolaños como futuro superdelegado federal en el estado, no obstante haber sido hasta hace poco rival político de Alfaro Ramírez por la gubernatura: “Por supuesto que a Jalisco le va a ir bien y Carlos Lomelí va a ser garante de que a Jalisco le vaya bien”, dijo.
La llave se cierra
En su posicionamiento público del 22 de noviembre contra el gobierno de López Obrador, Alfaro Ramírez alertaba que sus proyectos de infraestructura no estaban considerados para ser integrados en el Presupuesto de Egresos federal 2019.
“Lamentablemente, señor presidente, a pesar de este esfuerzo (de gestión), al día de hoy ninguno de los proyectos prioritarios que planteamos parecen estar incluidos en la propuesta de presupuesto que será presentada a la Cámara de Diputados en los próximos días. Así nos lo han confirmado todos los futuros funcionarios del próximo gobierno responsables de la construcción del proyecto presupuestal”, dijo.
Alfaro Ramírez sabía que su mensaje, antes que beneficiar a su “refundación”, podría serle contraproducente, pues acotó: “corremos el riesgo de que por nuestra claridad se pretenda castigar todavía más a Jalisco en la aprobación del presupuesto como un acto de intolerancia a nuestra convicción. Pero para Jalisco no hay peor riesgo que guardar sillencio ante el intento de borrar por decreto las reglas básicas que sustentan la cohesión nacional”.
“Donde realmente estamos más preocupados es en el tema de los convenios, en el tema de Ramo 23. Hemos tenido respuestas evasivas, contradictorias”, señaló.
Sin el apoyo federal en materia de recursos públicos, el gobierno de Alfaro Ramírez se quedaría con una capacidad de inversión reducida. Por ejemplo, en el año 2017 el Gobierno de Jalisco apenas pudo invertir por cuenta propia cerca de 9 mil millones de pesos (8 mil 943.7 millones de pesos), muy poco con respecto a las metas que se había trazado el futuro mandatario.
Principales ámbitos de inversión proyectados para Jalisco
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Fuente: Plataforma de campaña de Enrique Alfaro Ramírez