Rebeldes con causa

Durante los últimos meses el mote de punk ha cargado un estigma en la sociedad. Con los constantes exabruptos entre manifestantes y policías, marchas donde las piedras y los palos vuelan, aunado con la necesidad de buscar culpables, la rebeldía y explosividad de estos jóvenes salta a la vista de todo aquel que desee apuntar con un dedo y gritar “infiltrado”.

"Surgió la idea de hacerlo como medio altruista… y ya, pues también lo hicimos como un pretexto para divertirnos un rato”
Chava
http://youtu.be/TwYeDz1tfjc

Durante los últimos meses el mote de punk ha cargado un estigma en la sociedad. Con los constantes exabruptos entre manifestantes y policías, marchas donde las piedras y los palos vuelan, aunado con la necesidad de buscar culpables, la rebeldía y explosividad de estos jóvenes salta a la vista de todo aquel que desee apuntar con un dedo y gritar “infiltrado”.

Con todos esos estereotipos de lado, el pasado 6 de diciembre, Percibal Pérez Torres, Jesús García Levy, Salvador Mendizábal Ramírez y Fabs Riot organizaron un show donde al ingreso pedían  una cobija, chamarra o juguete. ¿Por qué? Por las ganas de ayudar. El evento se llamó Winter Punx.

En una entrevista con Reporte Indigo, dos de los artífices relataron de forma caótica e improvisada cómo fue que surgió la idea de hacer un “toquín”, donde los más beneficiados fueron algunas de las personas que pasan frío esta temporada. 

Aunque no saben el número exacto de cuántos asistieron a show, están contentos con los que llegaron.  Tampoco tienen el número de chamarras, playeras y cobijas que recibieron o una metodología clara de cómo fue la repartición de las mismas. Sin embargo, lo hicieron y lo hicieron con gusto. 

Salvador Mendizábal, “Chava”, comenta que la razón para organizar el evento fue simple: ayudar.

“Surgió la idea de hacerlo de esta manera, como medio altruista para gente necesitada… y ya, pues también lo hicimos como un pretexto para divertirnos un rato”.  

Sin empacho, Chava asegura que lo que la gente en general piense acerca de ellos o de lo que hacen los tiene sin cuidado, que al fin y al cabo este show lo hacen con amor y por el puro placer de hacerlo.

Comida, no bombas 

Jesús García, otro de los organizadores dice que todo lo recabado durante el pequeño concierto fue repartido entre vagabundos que conocen, personas que se encontraban en situación de calle.

Una parte de lo recaudado también fue donado a un grupo de personas llamado “Comida, no bombas”.  

Esta organización se encarga de entregar comida a indigentes en la zona del Expiatorio cada jueves.

La autogestión es la forma en la que operan y el cambio social su motor.  “Principalmente, como punks, como escena de punks, lo que buscamos es una mejor sociedad… Lo que queríamos era apoyar a la gente que iba a pasar frío” comenta Jesús.

El botín: un triciclo, un par de patines, cuatro muñecas y 12 bolsas negras llenas de ropa y cobijas. 

En el show tocaron cuatro bandas: Veritas, Los Bluejays, Sheena de Zebra y No Somos Bocanegra. Todos gritaron y bailaron frenéticamente. Todas las bandas se conocen. Todas tocaron gratis para llegar a recabar el magro tesoro que repartieron a manos llenas. 

Winter  Punx demostró que la rabia que estos jóvenes tienen contra el sistema se traduce en amor al prójimo.

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