Reformar el Colegio de Electores por la democracia

El sistema de elecciones presidenciales de Estados Unidos debe cambiar a una democracia directa que tome en cuenta los votos de la mayoría de los ciudadanos, sin embargo, este país no tiene instituciones administrativas o jurídicas para realizarlo
Luz Rangel Luz Rangel Publicado el
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Las elecciones en Estados Unidos son por todo o nada en el Colegio de Electores. Un candidato presidencial puede tener la mayoría de votos de los ciudadanos y aun así perder los comicios, como le ocurrió a Albert Gore en el año 2000 y a Hillary Clinton en 2016.

De acuerdo con el Gobierno de Estados Unidos, los resultados en ese país no dependen de los sufragios populares, sino electorales, los cuales conforman el Colegio de Electores. En este sistema cada una de las 50 entidades tiene un número de votos según el tamaño de su población, que sumados dan un total de 538.

Para ganar la Casa Blanca un abanderado necesita conseguir la mitad más uno de los votos electorales, es decir, 270. Se trata de una democracia indirecta donde los estadounidenses no eligen directamente, en este caso por Donald Trump o Joe Biden, sino para definir al Colegio.

¿Estados Unidos debe cambiar su sistema electoral para hacer valer los votos de la mayoría cada cuatro años que renueva a su presidente? Esta pregunta se ha repetido a lo largo de la historia, sobre todo, cuando hay casos excepcionales.

“Yo sería de la idea del cambio hacia un sistema electoral directo, ya no indirecto como es hasta hoy con esta estructura un poco complicada de los votos electorales. En mi opinión vemos muy pocos países con este diseño y para evitar estas contradicciones, como que gane la presidencia un candidato que no tiene el mayor número de votos, creo que tiene que abrirse el debate por fin”, menciona el doctor en Filosofía Política, Roberto Carlos Hernández, en entrevista con Reporte Índigo.

En 2016, la senadora demócrata Barbara Boxer presentó una iniciativa para eliminar el Colegio de Electores luego de que Hillary Clinton (con 65 millones 853 mil 514 votos populares y 227 electorales) perdió la elección contra el actual presidente Trump (con 62 millones 984 mil 828 sufragios ciudadanos y 304 del colegio). Sin embargo, Estados Unidos sigue con este sistema.

Es una idea muy arraigada en la cultura, sobre todo de los que llaman los políticos profesionales de Estados Unidos, que defienden que hay un diseño de los padres fundadores que es inalterable, que se estableció de una vez y para siempre
Roberto Carlos HernándezDr. en Filosofía Política

“Por otro lado, están las resistencias, sobre todo de los legisladores republicanos que tienen el control del Senado”, explica el académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán.

Han sido candidatos republicanos los que se han beneficiado de este sistema de democracia indirecta cuando el presidente electo tiene mayor número de votos electorales pero una minoría de sufragios emitidos por los ciudadanos. Se trata de George Bush en el año 2000 y el propio Donald Trump en 2016. También ocurrió en 1824, 1876, 1888.

El también licenciado en Relaciones Internacionales refiere que el sistema electoral de Estados Unidos no reconoce la proporcionalidad en la representación y además tiene un problema de arquitectura en las instituciones.

“A diferencia de otros países, incluido México, Estados Unidos no cuenta con instituciones ex profeso electorales, ningún órgano administrativo como el Instituto Nacional Electoral (INE) y tampoco tiene uno jurisdiccional, es decir, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF)”, señala.

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