Riobóo asegura que Mitre da patadas de ahogado: “Se debe a sus antiguos patrones”
Desde que se le pidió analizar el plan de Morena para habilitar la Base Militar de Santa Lucía para operar como aeropuerto civil junto al actual AICM, en el 2015, Mitre expuso que la operación de ambos era incompatible
Imelda GarcíaJosé María Riobóo, consultor en materia de infraestructura del gobierno electo y uno de los principales promotores de la cancelación de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco (NAIM), afirmó que la consultora Mitre está dando “patadas de ahogado” al decir que estudios de viabilidad aeronáutica de Santa Lucía tardarán 10 años.
Tras salir de la casa de transición, después de una reunión con el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, Riobóo dijo que para él, Mitre no es confiable.
“Es es otra… es un berrinche, una patada de ahogado”, sentenció Riobóo.
Mitre es la mayor institución en materia aeronáutica a nivel mundial. Es una organización privada, no lucrativa, con orígenes en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés).
Desde 1958 es un Laboratorio Nacional de interés público, que agrupa a más de 7 mil 500 profesionales de la ingeniería. No tiene vínculos comerciales de ningún tipo y tiene relación directa con la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos, que considera a Mitre una autoridad en materia de investigación y desarrollo de ingeniería de control de tráfico aéreo y sistemas aeroportuarios.
Desde que se le pidió analizar el plan de Morena para habilitar el la Base Militar de Santa Lucía para operar como aeropuerto civil junto al actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), en el 2015, Mitre expuso que la operación de ambos era incompatible porque se crea una zona de interferencia en los aviones que van en descenso.
Para solucionar esa interferencia, lo que debe hacerse es espaciar los vuelos, lo que provocaría demoras en ambos aeropuertos.
Es eso, o permitir que las aeronaves realicen su descenso a una altitud más baja de lo que se permite, sin que los controladores aéreos puedan detectar los vectores, guiándose solo por satélite, lo que no sucede en ningún aeropuerto de gran escala en el mundo.
“Las aeronaves deben configurarse para aterrizar distancias largas con aletas y tren de aterrizaje hacia abajo, lo cual es extremadamente ineficiente y quema grandes cantidades de combustible. El mal tiempo, incluidas las turbulencias, tormentas eléctricas y el viento, a lo largo de la ruta PBN podría cerrar esa ruta por razones de seguridad y potencialmente cerrar la pista de llegada si no hay rutas alternativas disponibles”, expone el informe, ratificado por Mitre en agosto del 2018.
Mitre ha afirmado que llevar a cabo los estudios con mayor profundidad para determinar la viabilidad de ambos aeropuertos llevaría al menos 10 años.
Riobóo afirmó que con los estudios preliminares es suficiente para saber que sí es viable la operación de ambos aeropuertos de forma simultánea.
“Ni la encuesta se hubiera hecho si no era factible (…) con el (estudio) preliminar es suficiente porque dice que es factible; hay que terminar los estudios, tres o cuatro meses (…) Mitre no hace falta”, expuso Riobóo, refiriéndose al estudio de la empresa francesa NavBleu.
En dicho estudio se afirma que preliminarmente sí es posible operar el AICM y Santa Lucía, pero que se requieren mayores estudios para garantizar la seguridad del proyecto.