‘Ruletero mágico’ denuncia despojo

Manuel Lubián es un taxista que viste de traje y es conocido por su honradez: Una vez regresó un maletín olvidado en cuyo interior había 53 mil dólares y joyas.

Era 1997 cuando, un día después de llevar a una pareja extranjera del Hotel San Ángel al Mercado San Juan, vio el maletín el en que estaban perfectamente acomodados sendos fajos de dólares y una pequeña bolsa con joyas. 

Esperó durante dos días afuera del hotel hasta que volvió a ver a sus clientes. Les entregó el maletín intacto. 

Julio Ramírez Julio Ramírez Publicado el
Comparte esta nota

“Él (jefe de GDF) nunca está. No atiende. Ya me cansé de pedirle peticiones por escrito. Yo hice las cosas de manera legal, pero sin dinero no es usted nadie. Aquí están los documentos”
Manuel LubiánTaxista
“Hay un mandamiento que dice ‘no robarás’. Eso es todo. ¿Para qué tantos mapas? Ésa es la ruta”
Manuel LubiánTaxista
https://www.youtube.com/watch?v=5OibRa0l8_s

Manuel Lubián es un taxista que viste de traje y es conocido por su honradez: Una vez regresó un maletín olvidado en cuyo interior había 53 mil dólares y joyas.

Era 1997 cuando, un día después de llevar a una pareja extranjera del Hotel San Ángel al Mercado San Juan, vio el maletín el en que estaban perfectamente acomodados sendos fajos de dólares y una pequeña bolsa con joyas. 

Esperó durante dos días afuera del hotel hasta que volvió a ver a sus clientes. Les entregó el maletín intacto. 

El hombre resultó ser el Senador Walter Zuleta, un reconocido político boliviano. Manuel hasta salió en la televisión con Jacobo Zabludosky.

El hombre conoce la ciudad como la palma de su mano y ha paseado a personajes importantes, como Cantinflas, el padre Schulenburg entre otros. 

En otra de sus historias, en 1981, en medio de la lluvia, ayudó a un desconocido que tenía descompuesto su vehículo.

Logró echarlo andar y, en la plática, le dio su dirección. Al día siguiente,  llegaron  a su casa dos hombres altos y vestidos de traje que le pidieron que los acompañara. 

Él asintió y minutos después ya estaba en la oficina del regente del Departamento del Distrito Federal de ese entonces, el polémico priista Carlos Hank González, él era el hombre que había ayudado esa noche de lluvia.

Hank González fue quien le regaló su taxi.

En el 2006,  Manuel acudió al canje de placas y le quitaron la unidad con el argumento de que había otro dueño. Dice que tras este litigio, ganó el juicio y existe una recomendación de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) para que las autoridades le regresen su vehículo y las placas. 

Las mismas que Hank González ordenó que le fueran entregadas a Manuel a través de Arturo “El Negro” Durazo, entonces director general de Policía y Tránsito del Distrito Federal.

Manuel asegura que la autoridad no le regresa su unidad pese al fallo de la Sala Superior del Tribunal de lo Contencioso Administrativo y una recomendación de la Comisión de Derechos Humanos capitalina.

Afirma que, al carecer de trabajo y quedarse sin recursos, enfrentó -sin ayuda de nadie- el proceso y logró echar para atrás el fallo para el retiro de su unidad.  

El camino ha sido largo y Manuel “el taxista honrado, el taxista ejemplar o el ruletero mágico”, entre otros motes que le ha dado la prensa, sigue insistiendo al Gobierno del Distrito Federal que le regrese su unidad para volver a la calle a trabajar y convivir con los personajes de esta ciudad.

> La ruta de la injusticia

Desde hace años, Manuel dedica las tardes a pararse con su cartulina afuera de las oficinas del GDF. Por las noches trabaja en un taxi que renta. La CDHDF ya emitió una recomendación para que el gobierno le devuelva sus placas y su carro, pero eso no ha sucedido. 

También la SCJN emitió un fallo a favor del taxista.

 

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil