La consulta ciudadana para decidir el futuro del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) abrió la primera gran brecha entre Morena y sus opositores.
Cuando el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, anunció que llevaría a cabo una consulta con los ciudadanos para que el pueblo lo ayudara a tomar la decisión sobre si cancelar la obra en Texcoco o continuarla, sus adversarios se aprestaron a descalificar su intención.
El mandatario electo delegó la tarea de informar a la población a Javier Jiménez Espriú, nominado como próximo secretario de Comunicaciones y Transportes, y a otros miembros de su futuro gabinete.
El anuncio del ejercicio democrático se hizo a mediados de agosto y, por más de dos meses, los opositores pidieron a los representantes del gobierno electo que se transparentara cómo se llevaría a cabo para tener mayor certeza sobre el resultado, pues de ella dependería el futuro de una de las obras más grandes realizada en décadas.
La postura de sus adversarios políticos ante el involucramiento de la ciudadanía no se quedó sólo en declaraciones o exhortos. El diputado local Diego Garrido López del PAN en la Ciudad de México, incluso presentó una demanda de amparo contra la consulta por considerarla inconstitucional.
Ahora, el resultado del ejercicio marcará la nueva tónica de la relación entre los opositores. La consulta por el NAIM fue apenas el primer desencuentro de Morena y sus adversarios.
El encontronazo
Mientras el gobierno electo y Morena defendieron a ultranza su derecho de consultar a la ciudadanía para tomar una decisión sobre la construcción del NAIM, los partidos de oposición cuestionaron en todo momento el ejercicio porque no se hizo conforme a lo establecido en la Constitución para realizar una consulta popular.
Uno de los críticos más acérrimos de la consulta ha sido Gustavo Madero, senador por el PAN, quien en repetidas ocasiones advirtió que un ejercicio manipulado es peligroso para el futuro del país.
Queremos consultas reales y democráticas, no queremos una consulta de la chistera, queremos un Presidente de la República democrático, que respete, que se respete y que respete a la gente y a la democracia, que no juegue con eso”, afirmó Madero a unas horas de comenzar la consulta.
Incluso, el expresidente del PAN dijo no estar contra la consulta, sino contra la posibilidad de que pueda manipularse.
“¿@lopezobrador_ está haciendo #ConsultaNAIM porque es un demócrata… o porque es un cabrón? ¿Está haciendo esto porque está convencido de que está consultando al pueblo? O está manipulándolos? Consulta sí, manipulación no! Aquí hay gato encerrado”, escribió Gustavo Madero en su cuenta de Twitter (@GustavoMadero) el16 de octubre pasado.
El legislador señaló en su demanda que, en el fondo, no se consultaría sobre el futuro de una obra, sino sobre el destino de recursos públicos etiquetados y aprobados por el Congreso de la Unión, lo que va en contra de la propia Constitución Política.
Desde el PRI también se levantaron voces contra la forma en que se aplicó la consulta; de hecho, el día que comenzó el ejercicio, posicionaron en redes sociales el hashtag #ConsultaIlegal.
“Ademas de los defectos que tenía de origen, por ejemplo, la ubicación de casillas para votar en una reducida parte del territorio nacional donde tiene presencia preponderante el partido hoy mayoritario, se ha presentado a votar gente sin credencial y se le ha permitido hacerlo; se ha presentado gente a votar en más de una ocasión y se le ha permitido hacerlo.
Por eso se subraya nuestra preocupación ante la falta de seriedad, ante la falta de transparencia en la metodología y, por supuesto, se subraya nuestra convicción de que es no sólo una consulta que carece de materia, carece de solidez constitucional y por tanto debe carecer de todo efecto vinculante”, sentenció Ruiz Massieu.
A pesar de que los señalamientos de sus opositores se centraron en la forma en que fue hecho el ejercicio y no en contra de la consulta en sí, el presidente electo López Obrador y los miembros de su partido lo defendieron a capa y espada.
El propio mandatario electo salió en defensa de la consulta y acusó a sus detractores de guardar silencio ante los problemas del país y quejarse cuando se pregunta a la gente y los acusó de tener miedo a consultar a los ciudadanos.
“No les gusta la consulta: que es una trampa, que se borra la tinta, que se puede votar una, dos, tres cuatro veces. ¿Qué les contesto? Que nosotros no somos corruptos. Nunca hemos hecho un fraude electoral. Tenemos autoridad moral. Pueden haber errores porque no se están gastando miles de millones de pesos.
Existe en la Constitución ya el principio de la consulta, pero está muy limitado. Cuando nosotros reunimos firmas para una consulta sobre la reforma energética nos negaron el derecho, argumentando que como era una consulta que tenía que ver con los ingresos del gobierno no era válida.Vamos a quitar todos esos candados para que con libertad se le consulte al soberano, al pueblo. Esa es la democracia”, dijo en un video.
Esta iniciativa para flexibilizar las consultas populares ya fue presentada en la Cámara de Diputados por Morena; y tiene el pase directo a la aprobación por la mayoría que tiene en ambas Cámaras y en gran parte de los congresos locales.
Lo cierto es que aunque el resultado ya hoy es conocido, lo que el ejercicio demostró fue que mientras no esté completamente regulado y se garantice la transparencia de las consultas, éstas serán un tema de discordia entre las fuerzas políticas del país.
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