El gobernador del estado, el priista Fausto Vallejo, ha pasado más tiempo convaleciente de un transplante de hígado que gobernando
En Michoacán los ciudadanos viven en angustia y desesperación.
Y sus principales liderazgos políticos llevan el debate, que debería de ser sobre las alternativas para acabar con la violencia, al terreno de lo personal y de sus intereses políticos.
El estado vive una de las peores crisis de seguridad de la historia. El fin de semana se dieron una serie de ataques a estaciones de la Comisión Federal de Electricidad que han sido considerados por todos como actos terroristas.
Medio millón de personas se quedó sin suministro de energía eléctrica.
El gobernador del estado, el priista Fausto Vallejo, ha pasado más tiempo convaleciente de un transplante de hígado que gobernando.
Su principal adversaria, la Senadora panista Luisa María Calderón, hermana del expresidente Felipe Calderón, aseguró ayer que el regreso del priista es simplemente para cumplir sus compromisos con las bandas del narcotráfico.
La denuncia la hizo en el programa radiofónico de la periodista Carmen Aristegui.
“Yo creo que tiene que ver con cumplir cosas a las que se comprometió como candidato”, lanzó sobre el repentino regreso del priista al gobierno michoacano.
Sin presentar las pruebas pero con el tono de quien conoce a fondo el tema del narcotráfico en Michoacán, dijo que los compromisos se hicieron durante la campaña electoral, de la que ella fue candidata del Partido Acción Nacional, al mismo tiempo que su hermano era Presidente de la República.
“Fue gente de campaña de Fausto quienes fueron a negociar con el crimen organizado quien ganaba la campaña”, dijo la legisladora conocida como La Cocoa.
Aseguró que además los hijos del mandatario también están involucrados en el narcotráfico.
“Se dice que uno de los hijos de Fausto, está vinculados con el crimen organizado, y que ha sido difícil sacarlos del gobierno”.
La respuesta no tardó en llegar. El Gobernador señaló minutos más tarde –en otro noticiero de MVS- que lo que no le perdona la Senadora ni su hermano es que les ganó la guberntatura.
“Yo estaba enfermo, ya superé la enfermedad, pero esta mujer está enferma del alma. Es una mezquindad. Se me hace miserable lo que está señalando”.
También respondió el hijo que lleva el mismo nombre que el Gobernador. Utilizó su cuenta de twitter para exigirle a la panista las pruebas.
Y para lanzarle una afrenta igual: “Que la senadora de pruebas o se calle”.
Encendió el debate con asuntos personales.
“Porque también se dice que ella fue amante de un hombre casado y su hijo es producto de esa relación”, tuiteó. Sin embargo luego borró ese mensaje.
La otra familia en Michoacán
Michoacán es un estado que siempre ha estado en disputa por familias. Durante años fue bastión perredista creado por la familia del General Lázaro Cárdenas. Su hijo –el sempiterno candidato a la Presidencia- Cuauhtémoc y su nieto Lázaro también estuvieron al frente del gobierno de ese estado.
A su llegada a la Presidencia de la República, Felipe Calderón, decidió iniciar ahí, su tierra natal, la cuestionada lucha contra el narcotráfico. Hoy se da cuenta que ese enfrentamiento no tuvo buenos resultados ni en tierra del propio expresidente.
En Michoacán durante el pasado sexenio nació un nuevo cártel: La Familia.
Una especie de secta religiosa con una serie de valores y principios, pero muy violentos. Ahora se transformaron en Los Caballeros Templarios.
Su líder, un maestro rural conocido como La Tuta, ha lanzado largos videomensajes en el canal de videos Youtube, lo mismo aconsejando cómo combatir a los otros cárteles que hablando de la integridad de los integrantes del grupo que dirige.
Los seis años de presencia del Ejército no han podido contra este maestro y su grupo delictivo. Poco antes de terminar su sexenio el presidente Felipe Calderón hizo un movimiento secreto con el presupuesto.
Mandó mil 105 millones de pesos a 18 municipios, gobernador por el PAN, en Michoacán. Fue en la víspera de la elección presidencial del 2012 y el regreso del PRI era inminente. Ese dinero no pasó por la aprobación del Presupuesto en la Cámara de Diputados.
Ese dinero fue una orden presidencial. Ese dinero no parece haber servido para abatir la violencia.
Michoacán hoy está sumergido en la violencia. Los ciudadanos están desesperados. Se ha recurrido a la formación de grupos de autodefensa.
Sus políticos en medios de comunicación se reprochan unos a otros. Se olvidan que el estado no es propiedad de los Cárdenas, de los Vallejo ni de los Calderón.
