Se va sin obras
A la serie de protestas sociales con las que cierra la administración del gobernador sustituto Salvador Jara Guerrero, se han sumado los alcaldes priistas que –como nunca se había visto-, salieron a la calle para reclamar la falta de recursos para la ejecución de obras en sus primeros días de gobierno.
J. Jesús Lemus
A la serie de protestas sociales con las que cierra la administración del gobernador sustituto Salvador Jara Guerrero, se han sumado los alcaldes priistas que –como nunca se había visto-, salieron a la calle para reclamar la falta de recursos para la ejecución de obras en sus primeros días de gobierno.
A las administraciones municipales no se les han entregado fondos estatales ni de participaciones federales, desde hace más de ocho meses. La administración de Salvador Jara Guerrero dejó en el abandono a los municipios, al canalizar los pocos recursos oficiales al manejo de la administración estatal.
Y es que desde que solicitó licencia el gobernador constitucional Fausto Vallejo Figueroa, la federación, como parte del programa de rescate para Michoacán, fue la encargada de manejar los recursos económicos destinados al estado. Como parte de esa política, se suprimió el gasto destinado a los 113 municipios de la entidad.
La falta de recursos, que aunque estuvieron a disposición nunca fueron entregados, hizo que en todos los municipios se paralizara la ejecución de obras públicas, incluso las elementales, como el suministro de agua potable, tendidos de energía eléctrica y ampliación de redes de drenaje.
De acuerdo a la Secretaría de Obras Públicas del Gobierno estatal, de junio del 2014 al 30 de septiembre del 2015, se contabilizaron mil 352 obras públicas paralizadas en toda la entidad, en tanto que otras 3 mil 211 no pasaron más allá de los proyectos ejecutivos. Fueron obras que se presupuestaron, pero no contaron con los fondos para su ejecución.
Los datos de la propia dependencia estatal revelan que el periodo de gobierno de Salvador Jara Guerrero rompe cualquier marca en materia de obras no ejecutadas. Las únicas acciones oficiales que se realizaron en ese breve y largo periodo de gobierno fueron las que se dispusieron desde la presidencia de la República, mayormente para el combate a la pobreza.
En los últimos ocho meses, la administración estatal no pudo entregar más de 650 millones de pesos destinados al gasto corriente de las administraciones locales, más cerca de otros 970 millones de pesos etiquetados por la federación para invertirse en obras de infraestructura vial.
De acuerdo a fuentes de la tesorería del estado los fondos no entregados a los municipios siempre estuvieron a disposición de los organismos encargados de la distribución de los recursos, pero no se ejecutaron “por instrucciones superiores”. Ahora, al cierre de la administración de Salvador Jara, los recursos no entregados a los municipios tampoco se registran en las arcas oficiales.
Los alcaldes, en su totalidad emanados del PRI -del mismo partido al que pertenece el hasta hoy gobernador Jara Guerrero-, decidieron salir a la protesta pública, para denunciar lo que ya se apunta como un escándalo de malversación de fondos públicos, que podría involucrar a funcionarios del primer nivel de la administración fallida.
A la protesta de los alcaldes que –anunciaron- buscarán un acercamiento con el nuevo gobernador a fin de destrabar la entrega de fondos federales a los municipios, se han acumulado las de los maestros, empleados estatales, trabajadores de educación estatal, trabajadores de la Universidad Michoacana, normalistas, padres de familia y vecinos de colonias populares que han terminado por repudiar la administración de Salvador Jara Guerrero.
Cumple, pero solo a sus amigos
Salvador Jara, en su calidad de gobernador sustituto cumplió lo que había prometido hace meses: entregó una serie de notarías para sus más allegados colaboradores.
A unas horas de concluir con su mandato, Jara hizo entrega de 10 notarías; el más beneficiado fue el secretario de gobierno, Jaime Esparza Cortina, quien favoreció a un hermano, una hija y a uno de sus sobrinos con el Fiat Estatal.
Con las nuevas Notarías Públicas entregadas por el gobernador Salvador Jara Guerrero, son ya 191 oficinas de fe las que operarán en la entidad. En las últimas tres administraciones estatales, en Michoacán se han entregado 60 nombramientos para el cargo de fedatario público.
Entre los beneficiados con las nuevas notarías se encuentran Pavel Osegueda Robledo, quien hacía las labores de secretario particular de Salvador Jara. También ya es notario Jaime Mares Camarena, ex alcalde de La Piedad, quien venía desempeñando el cargo de titular del Centro de Desarrollo Municipal.
Emiliano Pedraza Hinojosa, hermano del presidente del colegio de notarios de Michoacán, también fue beneficiado con una Notaría Pública. En el mismo tenor ya es fedatario público Jaime Darío Oseguera, quien fuera el principal promotor de Salvador Jara en el congreso local. Fue el que cabildeó para que su imposición fuera aceptada por los legisladores locales.
También despachará como Notario Público Alberto Alemán López, quien hasta el día de ayer fue el director del Notariado y Archivo General de Notarías del Estado de Michoacán, quien gestionó ante el colegio de notarios del estado que no hubiera oposición para que aumentara el número de esas fedatarías.
A la lista de fedatarios públicos también se suman un sobrino, una hija y el hermano del secretario general de gobierno, Jaime Cortina Esparza. Ya son nuevos notarios Nelly Esparza y Ricardo Esparza Cortina, quienes fueron asignados con despachos en la capital del estado.
Opinión generalizada
A manera de despedida al gobernador sustituto Salvador Jara, ayer se hicieron fuertes comentarios en la prensa local, principalmente en los medios electrónicos, en donde el sentir del gremio periodístico, uno de los más humillados durante este periodo de gobierno, fue de reproches y de alivio.
La postura de los periodistas independientes, los que no estuvieron en la nómina del gobierno local, se refleja bien en las palabras del periodista Juan José Rosales Gallegos, el que desde su trinchera apuntó que “la administración estatal que concluye es la peor que nos ha tocado. Opacidad, soberbia, corrupción, abuso del poder, desinterés por los asuntos públicos, sumisión y entreguismo, son algunos de los rasgos que definieron el ‘estilo’ de gobernar de Salvador Jara Guerrero.
”Jara trató con desprecio a Michoacán, se dedicó a cultivar sus intereses personales; cambió de look y sin importar lo que pase ya nos avisó que en el momento en que entregue saldrá de la entidad para vivir en el extranjero. Se dice que ya tiene listo un departamento en París”.
Los menos críticos solo le dedicaron al gobernador saliente el reproche del descaro, parafraseando su inmortal frase: “Yo creo que dejamos un Michoacán ordenado”, tal como se lo dijo al propio presidente de la República, Enrique Peña Nieto.