La liberación en breve de José Manuel Mireles, fundador del movimiento de autodefensas de Michoacán, “es técnicamente posible”, confirmó a Reporte Índigo el abogado encargado de la defensa del luchador social, Javier Livas Cantú.
El litigante aseguró que solo falta algo de voluntad de la Procuraduría General de la República (PGR) para que se desista de la fabricación de cargos.
Además, a la par de la defensa legal, se ha instrumentado una cruzada de protestas y reclamos que demandan la libertad del fundador de los civiles armados en Michoacán, quien permanece preso e incomunicado en la cárcel federal número 11 de Hermosillo, acusado de narcomenudeo y portación de armas de uso exclusivo de las Fuerzas Federales.
La presión que la sociedad civil ha metido a la PGR para que se desista de la acción penal en contra del líder de las autodefensas ha propiciado la procuradora Arely Gómez González mantenga su oferta de recibir en audiencia privada a los familiares del doctor.
La procuradora prorrogando el encuentro para el próximo lunes 18, fecha en que la PGR podría exponer claramente su decisión sobre el caso judicial que se le ha instrumentado al jefe de las autodefensas.
“No esperamos que la liberación (de Mireles) se dé el lunes, pero creemos que la procuradora podrá recibir a la hermana del doctor, para escuchar la petición y dar una respuesta al memorándum que yo mismo envíe, pidiendo el desistimiento de la acción penal”, dijo Livas.
La defensa argumenta el sobreseimiento judicial al considerar que la PGR actuó de manera ilegal no solo durante la detención, sino durante el proceso de preparación del caso.
“Y es que hablamos no del reclamo de inocencia, sino de la fabricación de un delito, que es algo muy distinto”, aclaró el abogado.
Cruzada por la libertad
En Michoacán existe una campaña permanente para exigir a la PGR la liberación inmediata del doctor José Manuel Mireles y sus escoltas. El reclamo social se lleva en diversas vertientes: plantones y bloqueos intermitentes en carreteras y caminos de algunas localidades de la Tierra Caliente, cartas a las diversas esferas de gobierno, ayunos y mítines políticos.
El acto más reciente de protesta fue el ayuno que protagonizaron los candidatos Manuel Antúnez Oviedo, Hipólito Mora Chávez y Virginia Mireles Valverde, quienes durante 24 horas expresaron su desacuerdo por el encarcelamiento el fundador de los grupos de autodefensa, sin obtener ninguna respuesta del Gobierno Federal.
El más ferviente promotor de la libertad de Mireles es Hipólito, que también fue preso en dos ocasiones y que hoy es candidato a una diputación federal por parte del Movimiento Ciudadano en el distrito de Apatzingán.
El otro líder de las autodefensas, no realiza actos políticos sin hacer el llamado permanente para que se haga justicia y se deje en libertad al fundador del movimiento armado.
En los municipios de Coalcomán, Aguililla, Lázaro Cárdenas, Apatzingán, Buena Vista Tomatlán y Tepalcatepec se registran en forma constante plantones en las plazas principales, así como bloqueos a carreteras locales para reclamar a la PGR que se desista de la acción penal en contra de Mireles y sus hombres detenidos.
También el padre Gregorio López, párroco de Apatzingán, insiste en la libertad de Mireles cada ocasión que puede.
El padre Goyo, desde el púlpito, reclama a las autoridades procuradoras de justicia que cesen el castigo al doctor Mireles, e insiste en que el único delito del fundador de las autodefensas “fue encarar al crimen organizado y hacer lo que el gobierno no podía: defender la vida de los habitantes de la Tierra Caliente”.
Condiciones extremas
Desde que fue recluido en la cárcel federal de Hermosillo, en Sonora, el 29 de junio del año pasado, José Manuel Mireles vive en condiciones extremas. Solo su familia lo puede visitar y a veces hasta a los abogados se les niega la posibilidad de poder hablar con él. Lo torturan con el aislamiento y la falta de atención médica.
De acuerdo a su abogado Javier Livas Cantú, desde su ingreso a esa prisión federal, Mireles no se encuentra bien de salud. Se le ha agudizado la diabetes. “Tiene úlcera diabética, la que no es atendida en forma adecuada por el personal médico de la cárcel. Esa es una forma de tortura y castigo”, asegura.
A Mireles se le cayeron dos uñas de un pie por el problema de la diabetes, dijo su hermana, la doctora Virginia Mireles, pero a pesar de ello el personal médico de la Centro Penitenciario no ha querido atender debidamente su padecimiento.
Las lesiones que tiene en el pie son curadas por el propio Mireles solo con agua y jabón.
“Está en riesgo su vida”, aseguró desesperada Virginia Mireles.
Desde el mes de octubre pasado, a Mireles se le restringió el contacto con el exterior. Técnicamente está incomunicado. Solo tiene derecho a hablar por teléfono con un reducido número de familiares, los que tienen que ser aprobados primero por el Consejo Técnico Interdisciplinario del Cefereso 11. La llamada su familia tiene que ser solicitada con antelación de tres días.
Actualmente se encuentra segregado de la población procesada, explica Livas Cantú.
Se le mantiene sin acceso a la correspondencia. No le entregan los timbres postales que compra cada vez que le dan acceso a la tienda de penal. Tampoco le entregan los sobres para el envío de cartas. Le han limitado el acceso al teléfono a una llamadas de 10 minutos cada quince días, refirió el abogado.