Universidad depredadora del medio ambiente

La UdeG se ha involucrado en una serie de proyectos polémicos por su impacto en el ecosistema de la metrópoli tapatía, mientras al mismo tiempo muestra apoyo a las causas ambientales
Jonathan Ávila Jonathan Ávila Publicado el
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La Universidad de Guadalajara (UdeG) vive en una contradicción. A pesar de su oposición en defensa del medio ambiente, la institución ha estado detrás de inversiones o proyectos ejecutivos inmobiliarios en la entidad.

La UdeG goza de prestigio entre algunas organizaciones ambientales por el compromiso de sus investigadores en materia ambiental. Luchas como El Zapotillo han sido respaldadas por la casa de estudios, pero algunos proyectos muestran las contradicciones de sus intereses a nivel cupular.

En junio pasado, el Congreso de Jalisco le otorgó al rector general, Ricardo Villanueva Lomelí, el reconocimiento al mérito ambiental. Pero su compromiso no se ha materializado con proyectos locales como una alternativa a los que la ciudadanía se ha opuesto por el impacto ambiental y la falta de estudios oficiales

El caso más reciente es el proyecto de construcción de un centro universitario multitemático en el Cerro de Cuatro, cuyo terreno fue entregado el pasado 12 de julio por el Ayuntamiento de Tlaquepaque. Sin embargo, integrantes de la asociación Vecinos Solidarios han interpuesto recursos legales por la violación de acuerdos ambientales.

A decir de esta organización, la entrega de 55 hectáreas de terreno a la UdeG viola lo establecido en el convenio del Polígono de alta Fragilidad Ambiental, que expidió en 2014 la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial junto al municipio, y que fue ratificado el 26 de agosto de 2016.

Cincuenta y cinco hectáreas de terreno fueron donadas por dos niveles de gobierno en beneficio de la casa de estudios; 52 las entregó el Ayuntamiento de Tlaquepaque y las tres restantes fueron por parte del Gobierno de Jalisco, y pertenecen al área conocida como ‘Parque Cerro del Cuatro’.

El rector de la UdeG, Ricardo Villanueva Lomelí, ha argumentado que se trata de un proyecto de conservación en el que solo se construirá en 1.5 hectáreas del terreno y lo demás será “mejorado” para recuperar también la calidad del aire.

Pero algunos vecinos se muestran escépticos al proyecto. En las últimas décadas han sido severas para esta área verde del sur de la Zona Metropolitana de Guadalajara, pues en una parte importante del cerro ya se ha urbanizado, de ahí que los habitantes tilden la donación del terreno como un ‘ilegal cambio de uso de suelo’.

Sin embargo este no ha sido el único proyecto en polémico en el que se ha visto involucrada la universidad. En los últimos años la UdeG ha pretendido construir un estacionamiento subterráneo en la plaza de Mexicaltzingo, en el centro de Guadalajara, con el objetivo de usar este espacio para los espectadores del Teatro Diana que se encuentra a unas calles.

Pero esta obra pública ha tenido oposición de los vecinos, ya que se afectaría los mantos freáticos con la instalación de concreto debajo de lo que hoy es un área verde. Además de que se ignorarían las declaratorias de patrimonio por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Pese a su discurso ambiental a favor del medio ambiente, Villanueva Lomelí ha señalado que se debe construir el estacionamiento y que es buena opción que el espacio quede en manos de la casa de estudios, a pesar de que los vecinos no quieren que su plaza se vuelva un lugar privado. Además justificó su respaldo al decir que la mayoría del centro está construido sobre niveles de agua bajos.

Por otro lado, desde el 2015 en Tonalá, al oriente de la ciudad, se proyectó la creación del complejo turístico y artesanal Yolkan.

Sin embargo, fue poco aceptado por los vecinos de la zona debido a los riesgos de que se tratara de un proyecto de urbanización que terminara con el ecosistema de la zona, tal como lo ha señalado recientemente una recomendación de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco.

Tras este proyecto estaba también la participación de la UdeG, aunque no con inversiones, la casa de estudios se encargaría de elaborar el proyecto ejecutivo a través de la inmobiliaria Uniterra, del Corporativo de Empresas Universitarias.

La zona de la barranca de Huentitán, al norte de Guadalajara, ha sido un punto clave en el que la UdeG ha estado interesada por muchos años.

La UdeG goza de prestigio entre algunas organizaciones ambientales por el compromiso de sus investigadores en esta materia y ha respaldado luchas como El Zapotillo

Apoyo gubernamental a UdeG

Tras la llegada de Enrique Alfaro a la alcaldía de Guadalajara, en el año 2016, el ayuntamiento de la capital tapatía otorgó un predio de 17 hectáreas conocido como El Disparate a la casa de estudios.

Huentitán ha sido un frente de lucha local por parte de los vecinos que no quieren que se urbanice la zona y se pierda el arbolado y la parte boscosa. En febrero pasado declararon que irán por los terrenos invadidos en el Parque Mirador Independencia, en los que temen que se usen con fines inmobiliarios luego de ser donados a la UdeG.

Estos predios, a decir de los vecinos, son El Disparate y el terreno en donde se construiría un museo. Este último ha sido impulsado por diversas figuras de la asociación “Guadalajara Capital Cultural”, que primero intentaron construir un espacio para el Guggenheim y, tras la salida de esta fundación en 2009, plantearon el llamado Museo de Arte Moderno y Contemporáneo Barranca, que hasta la fecha no se ha concretado.

En Guadalajara Capital Cultural figuraban personajes locales como el exsecretario de turismo Aurelio López Rocha; el dueño del Club Deportivo Chivas, Jorge Vergara; el director del diario El informador, Carlos Álvarez del Castillo; el arquitecto Fernando Fernández Pérez Rulfo; y Raúl Padilla López, exrector de la UdeG, quien ha tenido el control de la casa de estudios desde hace tres décadas.

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