Las nuevas cepas del virus SARSCoV-2 irán incrementando su poder de transmisibilidad, por lo que es necesario reforzar la medida de utilización de cubrebocas, afirma el médico infectólogo Rodrigo Miguel González Sánchez.
“Ahorita está el punto más alto (la pandemia). La cuestión es que no hay oxígeno ni lugar en dónde hospitalizarse. Quizás podría ser este un punto de concientización, advertir en ese sentido que las cepas nuevas son más transmisibles y amerita que nuestro cubrebocas sea de mucho mejor calidad”, explica el médico en entrevista con Reporte Índigo.
La recomendación para los ciudadanos es que utilicen un cubrebocas de triple capa y sellado térmico, ya que los de tela no siempre impiden que el virus se detenga.
“La gente tiene que tener mucho cuidado y sobre todo usar un cubrebocas de mejor calidad para evitar el contagio en esta época en particular”, considera el especialista.
Recuerda que los tapabocas como el N95 o el KN95 son para personal médico y no es necesario que la población en general los utilice.
“El cubrebocas quirúrgico, termosellado, triple capa, es el más adecuado, porque el de tela o uno que no les ajuste muy bien no es funcional”.
El experto alerta que es probable que en los próximos días se sepa de más variantes de este nuevo coronavirus, por lo que es necesario que la población extreme cuidados.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado en esta pandemia que la propagación del virus se realiza principalmente por las gotículas que se despiden de la nariz o la boca por las personas infectadas al estornudar o hablar.
“Estas gotículas son relativamente pesadas, no llegan muy lejos y caen rápidamente al suelo. Una persona puede contraer COVID-19 si inhala las gotículas procedentes de una persona infectada por el virus.
“Por eso es importante mantenerse al menos a un metro de distancia de los demás, ya que pueden caer sobre los objetos y superficies que rodean a la persona, como mesas, pomos y barandillas, de modo que otros individuos pueden infectarse si tocan esos objetos y luego se agarran los ojos, la nariz o la boca”, explica la OMS.
Temen a las secuelas del virus
La enfermera Margarita, a quien llamaremos así por seguridad, labora en el ISSSTE en Michoacán y junto con una serie de trabajadores de la salud que ya padecieron COVID-19 están pugnando porque se reconozca como un accidente de trabajo.
“Están descontando, porque en el ISSSTE después de tres días de incapacidad ya te descuentan dinero. Entonces resulta que nos van a descontar, pero no es tanto ese problema, el detalle es que nosotros no podemos saber cómo quedamos de salud”, afirma la enfermera.
Si bien no ha estado en área COVID-19, en pasillos y otros sectores hay trabajadores infectados y las medidas sanitarias han presentado algunas deficiencias. Es común que varias personas que no atienden el nuevo coronavirus tengan el padecimiento.
Considera que es muy difícil documentar que el virus se adquirió en el trabajo, pero si el hospital está repleto de enfermos es muy probable adquirirlo, por ello se debería aceptar como un riesgo laboral y tener las garantías consideradas en la ley.
“Esto está pasando con gente que se supone que somos compañeros. Nosotros vamos a meter un reclamo”, afirma la enfermera, quien ya tramita el proceso en grupo junto con algunos de sus compañeros en el ISSSTE.