Mireles tendrá que convivir con otros reos acusados por delitos graves de narcotráfico, homicidio y/o secuestro
"No soy un criminal, soy un luchador social”
En Michoacán se intensificó la campaña de apoyo al líder fundador de los grupos de autodefensa luego que este domingo se conoció que el doctor José Manuel Mireles Valverde recibió la formal prisión. El juez federal quinto de lo penal, con sede en Uruapan, consideró que son suficientes los elementos aportados por la parte acusadora para someter a proceso penal al indiciado.
Mireles, quien ya es el preso número 5457 en una cárcel federal sonorense, fue notificado del auto de formal prisión al filo de las 23:20 horas del sábado pasado. Un notificador del juzgado penal tercero de distrito en Sonora fue quien le informó sobre su condición al ahora reo federal.
La acusación que pesa sobre Mireles Valverde es la de violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, en su modalidad de portación agravada de arma de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea, además de delitos contra la salud en modalidad de portación simple de mariguana y cocaína.
Los que faltaban
A la par de Mireles, también sus escoltas fueron notificados del auto de formal prisión. Los tres se encuentran recluidos en el penal federal de mediana seguridad en Nayarit. Javier Reyes Magaña, Salvador Mendoza García y Gerardo López Casillas tendrán que enfrentar también su proceso en prisión, al ser acusados por los mismos delitos que el doctor Mireles.
Cabe recordar que solo el líder de las autodefensas y sus escoltas solicitaron la duplicidad del plazo constitucional antes de recibir el auto de formal prisión. El resto de los detenidos en el operativo federal de La Mira el pasado 27 de junio fueron decretados formalmente presos el pasado 3 de julio. De los 83 autodefensas detenidos, que integran la causa penal 137/2014, solamente 16 de ellos fueron liberados.
El grupo de 16 autodefensas que salieron de la cárcel el pasado 3 de julio no ha quedado exonerado. Solo recibieron el beneficio de la libertad condicional, al no encontrarles responsabilidad en el ilícito grave de portación ilegal de armas, pero siguen sujetos a proceso penal por el delito de asociación delictuosa, que en su modalidad de participación alcanza el beneficio para enfrentar el proceso en libertad tras el depósito de una fianza.
El resto se encuentran recluidos en cárceles estatales de Michoacán, en los municipios de Morelia, Apatzingán y Nueva Italia.
La vida en la cárcel
De acuerdo al protocolo de las cárceles federales, tras recibir el auto de formal prisión, oficialmente José Manuel Mireles Valverde ha dejado de tener un nombre. Dentro de la cárcel de máxima seguridad en Hermosillo dejó de ser el doctor Mireles para convertirse en el preso número 5457, que actualmente se encuentra sometido a una serie de estudios clínicos, médicos, psicológicos, de conducta y conocimientos para asignarle la celda en donde deberá permanecer el tiempo que dure su proceso penal.
El protocolo federal marca que durante el periodo de estudios psico-conductuales, el reo deberá permanecer aislado en una celda de seis metros cuadrados. No puede tener comunicación con nadie por ninguna vía, salvo con sus abogados que lo pueden visitar una hora al día.
La celda de aislamiento en la que se encuentra Mireles se ubica en el área de observación y clasificación, en un pasillo de no más de seis celdas, en donde recibe comida y agua tres veces al día. Si requiere medicamento se le proporcionara solamente antes de cada alimento. El reo no tiene ningún tipo de actividades y no puede tener en su celda nada que no sea su uniforme, cobijas, jabón, rastrillo, pasta dental y cepillo.
En esa área de segregación se aplican seis pases de lista al día. Luego del pase de lista, el preso no puede permanecer de pie en su celda, se tiene que recostar.
Después de 15 o 22 días de permanecer en esa celda, Mireles podrá ser reubicado a una celda en población general, donde tendrá que convivir con otros reos, la mayoría de ellos acusados por delitos graves de narcotráfico, homicidio y/o secuestro, los mismos crímenes que se siguen combatiendo por parte de los grupos de autodefensas en Michoacán.
