Zetas pelean entre sí y vendrían más a NL

La fragmentación de células de Los Zetas en distintos estados puede significar un debilitamiento de la organización frente a sus enemigos, pero también puede incrementar la violencia contra la sociedad civil.

Es como el “efecto cucaracha” y ahora las células huérfanas de esa agrupación corren por todos lados y buscan sobrevivir con secuestros, asaltos y extorsiones planeados por su cuenta.

Y Nuevo León está repleto de Zetas, algunos todavía con una cadena de mando, otros definitivamente trabajando por decisión propia.

Hugo Gutiérrez Hugo Gutiérrez Publicado el
Comparte esta nota

La fragmentación de células de Los Zetas en distintos estados puede significar un debilitamiento de la organización frente a sus enemigos, pero también puede incrementar la violencia contra la sociedad civil.

Es como el “efecto cucaracha” y ahora las células huérfanas de esa agrupación corren por todos lados y buscan sobrevivir con secuestros, asaltos y extorsiones planeados por su cuenta.

Y Nuevo León está repleto de Zetas, algunos todavía con una cadena de mando, otros definitivamente trabajando por decisión propia.

Además de que ya arribaron al estado grupúsculos de esa organización provenientes de Coahuila, se espera que lleguen más.

Zetas que vendrían de San Luis Potosí y de Zacatecas, donde la guerra entre miembros del mismo grupo está ocasionando desbandadas.

El Procurador de San Luis Potosí, Miguel Ángel García Covarrubias, dijo sobre la camioneta donde encontraron 14 hombres asesinados el 9 de agosto pasado, que se trató de un enfrentamiento entre integrantes de Los Zetas.

Según García Covarrubias, el motivo sería una guerra entre Miguel Ángel Treviño “Z-40”, jefe de sicarios de la organización, e Iván Velázquez alias “El 50”, jefe de plaza y leal al líder máximo de Los Zetas, Heriberto Lazcano “El Lazca”.

Hay dos claras versiones sobre el motivo de la fragmentación. Y aunque han aparecido algunos narcomensajes donde la organización niega esa ruptura entre sus líderes, la cadena de mando está dividida de facto.

Y es que Miguel Ángel Treviño Morales alias “Z-40” parece haber tomado el control total del grupo, por encima del máximo dirigente: Heriberto Lazcano “El Lazca”.

Ya todos los narcomensajes de la organización son firmados por Miguel Ángel Treviño.

También, desde hace un año hay una acusación directa de Zetas contra él, porque supuestamente entregó a los federales  a un jefe de plaza de Veracruz.

Además, hay fuentes que indican que un grupo leal a “El Lazca” entregó a Jesús Alcántara Trejo, alias “El Caricaturas”, quien era un elemento que seguía órdenes directas de “El Z-40” en Cancún.

Por ello, aunque ayer el Comandante de la Cuarta Región Militar, Noé Sandoval Alcázar, respondió a pregunta expresa de reporteros sobre el debilitamiento de Los Zetas, esto durante un evento en la Macroplaza, realmente no significa una disminución en el riesgo para la población civil.

De hecho, extraoficialmente ya son conocidos al menos tres casos de secuestro entre San Pedro y Santa Catarina en el último mes, a manos precisamente de esos grupúsculos de Zetas.

Reporte Indigo publicó el jueves 16 de agosto que fuentes extraoficiales informaron que una importante célula de Los Zetas de Torreón, Coahuila, llegó a Monterrey para trabajar por su cuenta en delitos de alto impacto.

Situación que puso en alerta a varios municipios, entre ellos a San Pedro y Santa Catarina.

Precisamente en este último municipio es donde la madrugada del viernes 17 de agosto el Ejército mató a un delincuente y otros más huyeron, luego de que liberaron a una mujer secuestrada en una quinta cercana a la colonia Bosques de la Huasteca.

Misma colonia de Santa Catarina donde tuvieron al empresario sampetrino Damián González del Río, plagiado desde el 30 de julio hasta el 4 de agosto, cuando apareció muerto.

Esto, porque José Ángel Álvarez Lázaro, alias “El Gogy” o “Pelón”, ex chofer del empresario, se acercó con una de estas células huérfanas de Los Zetas, para junto a ellos secuestrar al González del Río.

De tal manera que organizó el secuestro junto con José Fidencio Armendáriz Guardiola, alias “El Mounstruo”, José Antonio Porras Ramírez “El Hecho Garras” y Diego Zarate Ibarra “El Negro”.

Un acto que fue una decisión de esta célula, además de lo que les ordenan sus jefes de ese grupo delincuencial.

Los cuatro fueron detenidos, aunque todavía hay parte de este grupo que continúa prófugo.

Estas operaciones de las células huérfanas están terminando por evidenciar que Los Zetas crecieron tan rápido y se extendieron por todo el país, cuando realmente no pueden controlar a todas sus ramificaciones.

La escisión de Los Zetas entonces es un conflicto que debe poner en alerta a la sociedad civil de Monterrey, más que relajarla con el debilitamiento de ese grupo.

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil