BENEDICTOXVI
BENEDICTOXVI El rebaño se queda sin pastor

“Tan solo soy un peregrino en su última etapa de su peregrinaje”, fuero de las palabras concluyentes de Benedicto XVI como máximo líder de la Iglesia Católica.

Un emotivo adiós en el Vaticano fue el marco de su despedida, calendarizada después del anuncio de su renuncia el pasado 11 de febrero, noticia que sacudió al mundo y a la comunidad católica.

Después de días en los que se definieron los detalles de su partida, Ratzinger seguirá conservando el nombre de Benedicto XVI y llevará el título de Papa emérito.

BENEDICTOXVI ‘Top secret’ papal

Benedicto XVI decidió mantener bajo secreto el informe confidencial sobre el origen y las motivaciones del “Vatileaks”, el escándalo por la fuga de noticias reservadas que provocó la peor crisis de gobierno de su pontificado.

Ayer, Joseph Ratzinger recibió en el Palacio Apostólico del Vaticano a los miembros de la comisión de cardenales encargada de la investigación del caso.

Acudieron Julián Herranz, Jozef Tomko y Salvatore De Giorgi, quienes estuvieron acompañados por el secretario de la comisión, el sacerdote Luigi Martignani.

BENEDICTOXVI Benedicto XVI: La conspiración que lo derrumbó

No es una especulación. Tampoco una calumnia. 

Al interior de la Iglesia Católica hay una intensa lucha por el poder que deja ver la existencia de una conspiración en contra de Benedicto XVI.

Conspiración que además de la avanzada edad del Papa tuvo que ver con su insólita decisión de renunciar a su cargo.

BENEDICTOXVI Se va… con todo y nombre

Federico Lombardi, vocero del Vaticano, aseguró el jueves que el nombre de Benedicto XVI es “inalienable”.

Por lo anterior Joseph Ratzinger podrá seguir utilizándolo tras dejar de ser Papa.

“Pienso que puedo sostener que Benedicto XVI es un título al cual no se puede renunciar: es su nombre como Papa, lo ha llevado por toda la Iglesia y por todo el mundo oficialmente por ocho años”, señaló el sacerdote jesuita.

BENEDICTOXVI Cuando los líderes renuncian

La renuncia del Papa Benedicto XVI tomó por sorpresa a la comunidad internacional. 

Su decisión provocó todo tipo de reacciones, desde lamentos, reproches a las felicitaciones.

“Para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario el vigor tanto del cuerpo como del espíritu.