Un estudio reciente reveló que el riesgo de tener un accidente no desaparece cuando dejas de buscar en algún dispositivo electrónico la canción que deseas escuchar, sino que el simple hecho de escucharla también repercute negativamente sobre la atención que pones el manejar.

Por más que entrenes a tu perro, es muy probable que no llegue a ser como “Chaser”, una perrita que vive en Carolina del Sur y que algunas temporadas del año las pasa en Brooklyn. Actualmente es famosa a nivel mundial no solo por saberse trucos como levantar una de sus extremidades, sino porque es el can más inteligente de la Tierra.

Sus dueños son John Pilley y su esposa Sally, quienes también fungen como sus entrenadores/tutores.

Todos hemos escuchado la misma historia. La creatividad, el pensamiento divergente, la mente abierta y las ideas abstractas son obra del lado derecho del cerebro. 

El pensamiento lógico, racional y analítico, por el contrario, se lo debemos al lado izquierdo de este órgano. Y en cada persona, dice la evidencia y la sabiduría popular de años, predomina uno de ambos hemisferios. 

No es la única razón por la que una persona puede caer en una adicción a la cocaína, pero según análisis publicado en la revista científica Nature Neuroscience, esta sustancia genera cambios en el cerebro, específicamente en el área en donde se toman las decisiones, se ubica la memoria y el aprendizaje.

Esto conlleva a que –sin contar factores socioculturales y biológicos, en algunos casos– la persona desarrolle la necesidad por consumir más.

Las bondades de la cafeína hacen que la mayoría de las personas sea “adicta” a esta droga legal.

Con moderación, el consumo de cafeína disminuye la fatiga –física y mental–, incrementa el estado de alerta, mejora el rendimiento motor y es un tónico para el cerebro, pues aumenta algunas capacidades cognitivas como concentración y memoria a corto plazo.

El café también dispara la creatividad. Incluso desde que la persona se dispone a prepararse una taza de café.