Hablar más de una lengua mejora nuestra carta de presentación. Independientemente del número de idiomas que dominemos aparte de la materna, el cuello se ve alzado, se suma bagaje cultural y se obtienen ventajas competitivas que van más allá de factores socioeconómicos.
Por años se creía que el aprendizaje de un segundo idioma entorpecía el desarrollo del primero, trayendo consigo retrasos en el habla en los niños y/o confusión respecto a qué lengua utilizar.
Eugenia Rodríguez