El resultado de las elecciones del pasado domingo habla no solo de un voto de castigo contra el PRI, sino de un voto contra el sistema establecido.
Los cuestionamientos por las acciones de los gobiernos priistas, los escándalos de los gobernadores y el bajo nivel de popularidad del Gobierno federal, fueron ingredientes para que los votantes decidieran apoyar una opción diferente en las urnas.
Más que un triunfo del PAN, la del domingo fue una derrota al PRI y al sistema.