Durante años, el británico James McCormick amasó su fortuna vendiendo un producto bastante particular: un “detector” de bombas llamado ADE 651.
Durante casi 10 años, McCormick le vendió más de 7 mil unidades de sus productos a agencias de seguridad, como la policía de Hong Kong, las Naciones Unidas y el gobierno de Irak, por precios que alcanzaban los 40 mil dólares.
Tan solo en Irak, entre 2008 y 2010, McCormick vendió alrededor de 6 mil dispositivos, obteniendo por lo menos 38 millones de dólares.
Rolando HinojosaBrett Arendis, en su publicación en SmartMoney, cuenta la historia de los gemelos Alexander y Thomas Hunter, que a sus 16 años ingeniaron una estafa financiera en Inglaterra.
Estafaban a inversionistas del mercado de valores y manipulaban el valor de las acciones, juntando en 4 años aproximadamente 3 millones de dólares.
¿Cómo lo hicieron? Con el “Robot Recomienda-Acciones”.
Roberta Carrillo