Los estadounidenses han adoptado y adaptado la comida hispana, tanto, que han terminado por desplazar los alimentos propios de su cultura.
La cátsup fue sustituida por la salsa de tomate mexicana; las tortillas se venden más que las hamburguesas y el pan para hot dog; los nachos más que las papas fritas, y los tacos ya no son considerados una comida extranjera.
El mercado de alimentos y bebidas hispanos fue de 8 mil millones de dólares en 2012, según Packaged Facts, firma de investigación de mercado. Y para el 2017, su valor ascenderá a 11 mil millones de dólares.