Convirtiéndose en la pena nacional con el paso de las jornadas, se encuentran tres equipos del futbol mexicano en la actualidad, que de ser arrolladores y peligrosos, en un parpadeo se volvieron tragedia dolorosa.

El finalista Toluca, el peligroso León y el tercer lugar del Mundial de Clubes, Monterrey, están jornada tras jornada con la esperanza de regresar a sus costumbres ganadoras, que sin darse cuenta de pronto perdieron en el camino.

Cimbrando la Liga con autoridad y a pasos agigantados, Tigres sigue tan intratable en el Clausura 2013 que puede presumir ya medio boleto a la próxima Liguilla.

Un triunfo de 4-1 sobre los Diablos Rojos les ha permitido hilar seis jornadas consecutivas sin derrota, acumulando 16 puntos que representan más de la mitad de unidades necesarias para amarrar el pase a la “fiesta grande”.

Con la verdadera presión de una afición llena de dudas, el Monterrey salta a su cancha para buscar alejarse de los fantasmas de la soberbia y ganar al fin con autoridad ante un rival como Chivas.

En la semana un grupo de aficionados reclamó mayor esfuerzo de los jugadores en el entrenamiento y desempeño de los partidos, sin embargo aunque Rayados no es de los líderes del torneo, todavía tiene mucho camino para levantar el vuelo.

Ignacio Ambriz se convirtió este lunes en el nuevo entrenador de los Gallos Blancos del Querétaro, esto luego de que Sergio Bueno fuera destituido de su cargo por solo sumar cinco puntos en la misma cantidad de partidos.

Tras 10 partidos dirigidos desde la jornada 8 del Apertura 2012 en donde alcanzó a acumular seis puntos de los 30 posibles, Bueno se reunió con la directiva de los emplumados para recibir las últimas órdenes en la relación, en tan tenso momento pues la derrota contra América caló hondo.

El futbol espectacular que logró el emporio rayado, esta registrado una preocupante pendiente descendente, y parece que no tiene freno.

Tras la exhibición del domingo frente al Atlante de 3-1, queda claro que el Monterrey ha perdido ese juego que les permitió durante tres años estar en lo más alto del futbol nacional, por causas que a la vista lucen evidentes.