Los planes para crear la empresa cervecera más grande del mundo podrían estar en mayor riesgo del que se pensaba.
Cuando el año pasado Anheuser-Busch InBev (AB InBev), la cervecera número uno a nivel global y propietaria de Grupo Modelo, acordó comprar a SABMiller, su principal competidora, por 106 mil millones de dólares, se pronosticó un arduo camino para obtener la aprobación por parte de los reguladores de competencia económica en los países en los que éstas operan.