Desánimo, sensación de poca energía, mal humor, tristeza o cualquier otro tipo de emoción negativa, son síntomas que seguramente hemos sufrido en el día a día después de convivir con una persona que hizo de la queja su único tema de conversación. Nos sentimos física y emocionalmente desgastados.
El contagio no se limita a algunas enfermedades. Los pensamientos grises de una persona propensa a la depresión también pueden reproducirse de forma viral. Incluso pueden aumentar el número de síntomas depresivos de un tercero en un transcurso de seis meses.
Eugenia Rodríguez