Cuatro de los aviones de guerra estadounidenses más avanzados sobrevolaron Corea del Sur ayer, en una clara demostración de fuerza a Corea del Norte, un día después que la presidenta surcoreana advirtió sobre un posible desplome del gobierno de Pyongyang.
Los aviones F-22 —capaces de eludir los radares— aterrizaron en la base aérea Osan, cerca de Seúl, escoltados por otros aviones estadounidenses y surcoreanos. Pyongyang probablemente considerará una amenaza la llegada de los aviones desde una base estadounidense en Japón, aparentemente destinados a demostrar que Estados Unidos puede defender a su aliado Corea del Sur en la posibilidad de una agresión de Corea del Norte.
Los militares estadounidenses no dijeron durante cuánto tiempo permanecerán los F-22 en Corea del Sur.
Estados Unidos suele despachar aviones poderosos a Corea del Sur en momentos de tensión con Corea del Norte. El mes pasado envió un bombardero B-52 con capacidad nuclear a Corea del Sur, después que Corea del Norte efectuó su cuarta prueba nuclear. (AP)