En la víspera de la inauguración del Mundial, los nervios en las calles de Brasil se sienten más que nunca, aunque el deporte no es la razón.
Después de cinco días de huelga, el sindicato de trabajadores del metro de Sao Paulo pactó una tregua con el Gobierno del estado para suspender las protestas ayer y hoy.
Las cinco líneas del metro funcionaron el martes con regularidad y con la vigilancia de la Policía Militar en varias estaciones.
Pedro Pablo Cortés