El día de ayer se vivió un gran duelo en Sudáfrica. Más de mil personas asistieron al servicio fúnebre en Marikana, organizado por el gobierno a una semana de la masacre.
Los dolientes lloraron a sus familiares en los servicios fúnebres de los 34 mineros muertos por la policía, al tiempo que el país se pregunta quién dio la orden y quién debe ser culpado.
Las ceremonias se llevaron a cabo en toda Sudáfrica para honrar a los fallecidos por la violencia –que en total suma 44 muertos– en un país con una de las mayores incidencias de asesinatos y violaciones en el mundo.
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