Conocido como ‘el reino ermitaño’, entrar a Corea del Norte no es cosa fácil.
Y aún menos sencillo es tener la oportunidad de viajar por carretera en el país y ser testigo de la miseria que lo envuelve.
Por primera vez, el autoritario Gobierno del país asiático concedió un permiso para que dos estadounidenses realizaran un largo viaje por su territorio.
Los dos periodistas, de la agencia de noticias The Associated Press (AP), emprendieron un viaje de más de 2 mil kilómetros desde la capital Pyongyang hasta el monte Paektu, símbolo nacional de Corea del Norte.
“Corea del Norte está siguiendo un plan para crear decenas de inversiones extranjeras y zonas de turismo, y este es uno de los lugares que quiere promocionar”, explica Eric Talmadge en un artículo publicado ayer.
“La forma más sencilla de llegar es en avión, pero nos concedieron un permiso para conducir. Esto, nos dijeron, podría suponer viajar por zonas donde ningún periodista extranjero había pasado antes”.
Siempre vigilados
No obstante, el viaje se realizó en los términos impuestos por el Gobierno.
“Incluso en las carreteras más solitarias entre las solitarias, nunca estuvimos sin un “escolta”, cuya misión era controlar y supervisor nuestras actividades. No podíamos fotografiar ningún punto de control o instalaciones militares, ni hablar con la gente que veíamos a lo largo del camino. No nos debíamos de desviar de nuestro trayecto preaprobado que, para sorpresa de nadie, no incluía instalaciones nucleares o campos de prisioneros”, cuenta el Talmadge.
A pesar de ello, los dos periodistas fueron testigos de la miseria y la falta de servicios básicos como la electricidad.
“Mucha gente se ha sorprendido por las imágenes nocturnas de satélite donde Corea del Norte está negra como el océano, frente al noreste del continente resplandeciente de luces. No hay nada en el mundo como experimentar esa oscuridad sobre el terreno en el interior del país. Posiblemente más que cualquier otro lugar habitado en el mundo, Corea del Norte es tierra incógnita”. (Fuente: AP)