Gilberto Aceves Navarro marcó la mente de múltiples artistas mexicanos actuales. Quienes fueron alumnos de este pintor, escultor y artesano son hoy, a un día de su muerte, sinónimos de riqueza cultural invaluable, virtud que obtuvieron gracias al artista.
Con 48 años de edad, Aceves Navarro llegó a impartir clases en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Tomando en cuenta que México se había enfrentado, tres años antes, a un grupo de jóvenes en busca de un cambio social, él decidió, dentro de las aulas, apoyarlos y alejarse de lo establecido.
“Él llegó a la escuela a modificar, de alguna manera, la forma de enseñar el dibujo, y fue un éxito, eran tiempos de cambios, la gente necesitaba otras rutas y él encajó perfectamente en el desarrollo social y artístico”, cuenta el maestro Jesús Martínez, miembro de la Academia de Artes.
En entrevista con Reporte Índigo, Martínez explica que mientras sus contemporáneos aprendieron con enseñanzas del siglo pasado y antepasado, Aceves Navarro impartió clases con técnicas muy diferentes a las académicas, pues le pedía a sus alumnos autorretratos y desnudos hechos con los ojos cerrados o sin ver su boceto, para que sintieran de verdad qué era lo que estaban creando.
“Eso a los muchachos les despertó muchas curiosidades e inquietudes. Hizo que formaran y dejaran una huella no sólo como buenos pintores sino como grandes pintores”, dice el también académico.
El que el maestro Aceves Navarro haya marcado tanto a sus alumnos también se basó, según Martínez, en la dedicación, responsabilidad y cariño que éste le impartía a sus clases; aspectos que reflejó en todas las instituciones de las que fue parte.
“También fue compañero mío en la Academia de Artes, donde ingresó después que yo. Nos daba sus conferencias, y como persona fue muy agradable, extrovertido y generoso (…) Duele (su muerte), desde luego, porque gente valiosa como él es difícil que se repita, pero nos quedan sus enseñanzas, su enorme obra, su dedicación y profesionalismo”, remarca Martínez.
Por su parte, Cecilia Santacruz, coordinadora general del Salón de la Plástica Mexicana, institución de la que fue parte el artista, coincide con Martínez, asegurando que, en definitiva, uno de los más grandes legados que Aceves Navarro le dejó al país fue la formación que le dio a las nuevas generaciones.
Se dice que el maestro fue un gran académico debido a las enseñanzas que aprendió de los artistas Enrique Assad, Ignacio Aguirre, Carlos Orozco Romero y David Alfaro Siqueiros, a quien le ayudó en los murales de la Rectoría de la UNAM.
Aceves Navarro Comprometido con el arte nacional
A finales de los años 70, en compañía de otros artistas, Aceves Navarro participó en un movimiento disidente que buscaba crear un nuevo lenguaje dentro de la plástica nacional, un área que estudió y que le hizo comprender que ese campo no tenía el impulso que tenían otras artes.
“En 1978, el Salón (de la Plástica Mexicana) crea su propia disidencia en manos de un grupo al que perteneció el maestro Gilberto, formaron el Foro de Arte Contemporáneo. Desde ese lugar continuaron trabajando en el arte nacional”, platica Santacruz.
Según la coordinadora general del Salón, Aceves Navarro ingresó a esta institución en 1953 por los conocimientos que tenía del arte, pero además por la iniciativa que demostraba en transformar de la mejor manera el muralismo, la plástica, la pintura y el dibujo en México.
“Nunca dejó de ser un artista comprometido con su tiempo, tenía una visión actual de los acontecimientos, fue uno de estos parteaguas que rompieron con la estética de la tradición, pero sin perder sus bases y colores”, detalla Cecilia.
Gilberto Aceves Navarro supo expresar, de acuerdo con Santacruz, la esencia y calidez de los mexicanos a través de los colores de su paleta y el movimiento de su pincel, pero también con la ayuda de un lenguaje que él mismo creó y que convenció a otros de utilizar.
Para el maestro Jesús Martínez, las obras de quien fue su amigo y colega son invaluables porque en ellas se supo representar a sí mismo, lo que pensaba y sentía en los momentos en que las creó.
“La muerte de Gilberto dejó un hueco que será difícil de llenar, pero a cada persona le llega su momento. Recién lo vi en televisión y estaba muy dicharachero y vital, y me quedo con eso, con la imagen de la gente que supo comunicar y transmitir a través de su oficio”, confiesa Martínez.
El maestro Aceves Navarro falleció la noche del domingo a los 88 años de edad, dejando al menos 300 exposiciones a nivel nacional e internacional. Sus últimos días de vida los pasó en su casa de Cuernavaca, Morelos, donde seguía inspirándose de los árboles frutales que tenía sembrados, según habían contado el mismo artista.
Bellas Artes despide al artista
El Palacio de Bellas Artes será sede del homenaje para despedir al pintor Gilberto Aceves Navarro. El evento comenzará a las 12:00 horas, para finalizar a las 15:00.
Este recinto es parte elemental de la vida del artista, pues en 1939 su madre, una cantante de ópera, se presentó con La Flauta Mágica, interpretando a la Reina de la Noche. Ahora le toca el turno al artista, quien además será recibido por amigos y colegas en el campo cultural y artístico.