La noticia del segundo bebé que espera la duquesa de Cambridge, Kate Middleton, fue acompañada de otro anuncio que no amerita celebrar: sufre hiperémesis gravídica, una forma severa de náuseas y vómitos. El mismo padecimiento que la llevó a internarse en un hospital de Londres durante su primer embarazo, en 2012.
A diferencia de las náuseas y vómito que las mujeres suelen experimentar durante los primeros meses de gestación, los síntomas de la hiperémesis gravídica llegan a ser tan extremos y persistentes durante el día que pueden comprometer la salud de la madre y el feto.
Entre los principales riesgos de las también llamadas “náuseas matutinas del embarazo” están la deshidratación, desnutrición y una pérdida de peso importante, lo que a su vez aumenta la probabilidad de que el bebé nazca bajo de peso.
Aunque a decir del doctor Tim Draycott, especialista en obstetricia y portavoz del Colegio Real de Obstetras y Ginecólogos “con tratamiento –fluido intravenoso y medicamento para controlar el vómito y las náuseas– el trastorno es bastante benigno aunque es horrible experimentarlo”, aseguró a la BBC. “El verdadero riesgo está en no tratarlo”.
Pero este malestar, además, repercute de forma considerable en la salud mental de quienes lo padecen.
Como confiesa en The Huffington Post la escritora Jessica Martin-Weber, quien narra su experiencia con la enfermedad: “las palabras me fallan cuando trato de explicar la confusión, depresión y desolación física que viene con la deshidratación. Casi siempre estaba deshidratada. Y no sé cuándo voy a dejar de llorar cuando confieso que siempre tuve miedo del daño que esto estaba causando a mi bebé en crecimiento”.
“Fue traumático, debilitante, horrible. Tenía náuseas constantemente y vomitaba unas 30 veces al día”, dijo una londinense de 29 años a la BBC, quien también sufrió el mismo trastorno.
Si bien se desconoce un origen específico de esta enfermedad, expertos aluden a factores como cambios hormonales que se presentan durante los primeros tres meses del embarazo -niveles altos de la hormona gonadotropina coriónica (HGC)- y una mola hidatiforme o embarazo molar –un tumor que crece en el interior del útero–. Aunque un embarazo múltiple –gemelos– también es otro factor que puede desencadenar estas nauseas y vómito.