Bebés ‘fumadores’

En junio del año pasado, aludimos en este espacio a un estudio que reveló que el humo de segunda mano causa un daño irreversible en las arterias de los niños, además de aumentar el riesgo de sufrir complicaciones en el embarazo. 

Por si aún no quedaba claro qué tan grave es que los pequeños sean fumadores pasivos, una investigación de la Agencia de Salud Pública de Cataluña concluyó que 79 por ciento de los bebés –ocho de cada 10– de padres fumadores tiene acumulado un miligramo o más de nicotina en el pelo, lo que se considera como un nivel perjudicial. 

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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En junio del año pasado, aludimos en este espacio a un estudio que reveló que el humo de segunda mano causa un daño irreversible en las arterias de los niños, además de aumentar el riesgo de sufrir complicaciones en el embarazo. 

Por si aún no quedaba claro qué tan grave es que los pequeños sean fumadores pasivos, una investigación de la Agencia de Salud Pública de Cataluña concluyó que 79 por ciento de los bebés –ocho de cada 10– de padres fumadores tiene acumulado un miligramo o más de nicotina en el pelo, lo que se considera como un nivel perjudicial. 

El cabello de 25 por ciento de los pequeños expuestos al humo de segunda mano alcanzaba niveles por encima de los 10 miligramos, lo que equivale a un fumador activo. 

Según reportó el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC), los efectos del tabaquismo son particularmente peligrosos para la salud de los niños, en específico para los bebés, dado a que la frecuencia respiratoria de los niños es más alta que la de los adultos, lo que se traduce en una mayor inhalación de tóxicos en relación a su peso y altura.  

Los bebés que son fumadores pasivos son más susceptibles a sufrir complicaciones en la salud como asma, irritación ocular, infecciones respiratorias agudas e incluso aumenta su riesgo del síndrome de muerte súbita. 

A través del estudio titulado “Breve Intervención en Bebés. Efectividad” (BIBE, por sus siglas en inglés), del que España es pionero, y cuyos resultados serán publicados en la edición de marzo de la revista científica Journal of Epidemiology and Community Health, se logró que 51 por ciento de los 253 niños que fueron atendidos por 261 pediatras disminuyera los niveles de nicotina en el cabello. 

Esto luego de que, durante seis meses, los especialistas a cargo del estudio BIBE aconsejaran a los padres tomar las medidas adecuadas para evitar exponer al bebé al humo de segunda mano, como dejar de fumar o nunca fumar dentro de casa o el auto. 

De hecho, se logró que 54 por ciento de los progenitores que participaron en el grupo de intervención mejorara las medidas para evitar la exposición de los bebés al humo del tabaco en casa y en el coche (51 por ciento). 

De acuerdo con la agencia pública de divulgación científica, a partir de los hallazgos de la investigación, la Agencia de Salud Pública inició en Cataluña el programa “Infancia sin humo”, que forma parte de las estrategias de prevención y control del tabaco de la sanidad pública catalana. 

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