[kaltura-widget uiconfid=”38728022″ entryid=”0_4ck387lb” responsive=”true” hoveringControls=”false” width=”100%” height=”75%” /] Ante un escenario llano, una mujer da la espalda al público, Grace, de piel de alabastro, cabello rubio e inocencia en su porte, desconoce el destino que le espera al pisar el pueblo de Dogville y conocer a la comunidad cerrada de habitantes de este lejano páramo de Estados Unidos.
Por primera vez, el largometraje de Lars von Trier, de 2003, se logra llevar al teatro, y es en México donde esta primicia ocurre, bajo la dirección de Fernando Canek, más 18 actores en escena, logrando transmitir de manera desgarradora lo capturado por el cineasta danés y sumergir al público en un drama atemporal, por las pasiones humanas.
“Todos nos lanzamos con absoluta fe ciega al proyecto, porque creemos mucho y tenemos la convicción de que esta historia se tiene que contar en este espacio-tiempo. Nos habla de una advertencia, de lo que puede suceder con la sociedades en el mundo”, precisa el director Fernando Canek, en entrevista para Reporte Índigo.
Después de cinco años de buscar montar la obra en el país e invertir cuatro mil euros en los derechos del texto de Von Trier, fue que se consiguió erigir esta versión teatral con un presupuesto total de un millón 800 mil pesos, de los cuales, un millón 200 mil provienen del estímulo fiscal EFITEATRO.
Como en la cinta de Von Trier, el minimalismo es parte de la semiótica teatral que dirige Canek, quien indica que como el realizador danés simplificó los elementos a cuadro, al llevar Dogville a un escenario, aprovechó los recursos escenográficos desde otra perspectiva.
“El adaptarlo a teatro implica que hay otros lenguajes que se pueden utilizar y que el cine no permite. Hay convenciones del imaginario, que aunque las puso Von Trier en el trabajo original, como es abrir una puerta imaginaria, ahí el truco es que no sucede en el momento”, agrega el teatrista.
Canek invita con el montaje a la reflexión, a que el público asistente se sumerja en el escozor que provoca adentrarse en Dogville y vivir desde los distintos enfoques de los personajes la historia de Grace.
Dogville tendrá una función especial hoy, pero oficialmente arrancará su temporada el primero de octubre y terminará el 10 de diciembre, todos los lunes, a las 20:00 horas, en el Teatro Helénico. El costo de los boletos es de 250 y 350 pesos.
Sumisión, misterio y rencor
Al interior del Foro A, de los Estudios Churubusco, se respiran los años marcados por la duela, el sudor y el talco rancio, la preparación del elenco para el ensayo general es minuciosa, cuidando desde el vestuario, posiciones de los muebles que conforman la escenografía y aditamentos que utilizarán a lo largo de la obra.
Arrancado el montaje, el trazo escénico es preciso, funcionando cada personaje en su espacio como un engranaje de reloj. A diferencia del filme de Von Trier, no hay un sólo narrador que hable de la progresión dramática, son cada uno de los personajes los que pierden su pose en momentos para explicar cómo es el ambiente al interior de Dogville y el proceder con la extranjera Grace, que ha llegado para cambiar la vida del pueblo.
Al llegar Grace, es notoria la incógnita de los oriundos y sobre todo su desconfianza, la cual, pronto pasa hacia el otro lado de la moneda. Ella se vuelve objeto de intriga cuando la policía se presenta en la entidad y cuelga carteles en donde denuncia que la dama es una prófuga, ahí los pobladores dejan ver lo peor de sí, cobrando desprecio contra la mujer y orillándola a un grado de sumisión similar a la esclavitud con tal de guardar su secreto.
Adaptación para el imaginario
Canek decidió dejar fuera de la adaptación realizada por Miguel Cane al personaje de Olivia y su hija cuadrapléjica —mismos que sí aparecen en la película de Von Trier— para mejor darle más realce a un personaje mucho más cercano con la psique mexicana.
“Para nosotros es mucho más cercano las raíces indígenas, prehispánicas, entonces decidí transformar al personaje de Martha, que es la diácona del pueblo, en una nativa americana que está convertida por la religión, para que no se pierda la esencia de ese concepto”
La decepción a futuro
El director mexicano especula con que vendrá un momento de gran polarización en el país, y además no cree que la entrada del nuevo gobierno federal cambie las cosas a futuro, aunque él se declara de izquierda abiertamente.
“Anticipo que este gobierno, que por fin consolida años de lucha, nos va a acabar decepcionando, precisamente por ser una primera incursión de un gobierno de izquierda y que las expectativas autogeneradas por ese movimiento y por la sociedad que lleva tantos años de anhelo, pues van a hacer crisis”, dice.
El descontento, la explosión de más violencia, son sólo un vaticinio por parte de Canek de cómo podría volatilizar la sociedad, por eso para él es primordial que este montaje se vea en la nación en este momento.
“Si nos vamos por ese lado y nos dividimos, estamos propiciando la debacle social mexicana (…) lo hacemos muy bien en los momentos de crisis, ahora que se conmemoró el 19 de septiembre podemos darnos cuenta que sí nos podemos hermanar, entonces, sobre eso hay que construir y Dogville es una gran advertencia para que eso suceda”, finaliza.
El sentir de Von Trier
Ésta es la primera vez que el guión cinematográfico de Von Trier se lleva al teatro, el excéntrico director —según expresa Canek por conducto de Cane— se encuentra complacido de que se lleve a cabo la adaptación mexicana.
“Según lo que me contó Miguel es que está muy contento de que se adapte a teatro y al contrario, ha sido muy dadivoso, en tanto a la renovación de derechos a lo largo de estos cinco años, esperando que el proyecto se realice”.