A medio año de la matanza que se registró en la escuela primaria Sandy Hook, en Newtown, en el estado de Connecticut, Jeremy Richman y su esposa Jennifer Hensel ya dieron los primeros pasos en su esfuerzo para contribuir a la reducción de la violencia.
No se trata de alguna iniciativa relacionada con la regulación sobre el control de armas en Estados Unidos, sino de recurrir a la ciencia para encontrar indicadores biológicos que predispongan a algunas personas como el joven autor de la masacre en Newtown, Adam Lanza, a cometer estas atrocidades.
Richman y Hensel, ambos científicos de profesión, han creado la fundación The Avielle Foundation, en honor a su hija Avielle, de seis años, quien estuvo entre los 20 niños fallecidos en la masacre perpetrada el 14 de diciembre del 2012.
“No estamos buscando resolver un crimen. El delito ya sucedió y no tiene solución. Estamos tratando de prevenir otro”, dijo Richman a The Pittsburgh Post Gazette.
Richman, quien ejerce como investigador farmacéutico en la multinacional Boehringer Ingelheim, en Danbury, Connecticut, señaló que descubrir qué es lo que detona un comportamiento violento no debe ser más difícil que revelar por qué los altos niveles de colesterol predisponen a algunas personas a desarrollar enfermedades cardiacas.
La idea es, primero, concientizar sobre las posibilidades de la investigación. Luego, recaudarán los fondos para llevar a cabo el trabajo. Y, lo más importante, posteriormente harán uso de la información para lograr que las personas con estos marcadores biológicos de violencia reciban la ayuda necesaria.
“Muchas cosas tienen un aspecto genético y conductual o ambiental”, apuntó Hensel. “Tenemos que ver la violencia desde esta misma perspectiva”.
Tragedia en Sandy Hook
Lugar: Escuela primaria Sandy Hook, en Newtown, en el estado de Connecticut
Fecha: 14 de diciembre del 2012
Víctimas: 28 muertos, 20 de ellas eran niños