Dicen que lo que bien se aprende no se olvida. De ello pueden estar seguros los actores Jim Carrey y Jeff Daniels, esa icónica dupla que hizo reír a carcajadas al público en la clásica comedia de 1994 “Una pareja de idiotas”, dirigida por los hermanos Bobby y Peter Farrelly.
Ahora, 20 años después, los personajes de Lloyd Christmas (Carrey) y Harry Dunne (Daniels) se vuelven a encontrar en la secuela “Una pareja de idiotas 2” (“Dumb and Dumber to”), que pone en evidencia que nada ha cambiado entre ambos.
Todo sigue igual que hace dos décadas. Mismo corte de cabello, misma ropa, mismas personalidades. Imprudentes, groseros, insensatos, indiscretos, tontos. La misma pareja de idiotas querida, con el mismo “raciocinio” que los lleva a destacar en la estupidez y a involucrarse en todo tipo de actos sin sentido. Dos viejos amigos.
Así lo dijo a The Hollywood Reporter Peter Farrelly, durante la premiere de la nueva entrega en el Teatro Regency Village, en Los Ángeles: “es la única película de la que haría una secuela. Los dejamos (a Lloyd y Harry) exactamente donde comenzamos con ellos en la (primera) película —tuvieron altibajos, pero nunca crecieron. Y los dejamos que se fueran a casa, aún desempleados, sin novias, nada de nada —es la secuela perfecta”.
“La parte fácil era que no ha habido absolutamente crecimiento intelectual alguno (en los personajes)”, comentó el actor Jeff Daniels a USA Today. “Para (ellos), la primera (película) la hicimos un martes, la secuela la hicimos el miércoles. Para ellos no hay 20 años”.
Pero, eso sí, llegan con más experiencia que nunca para divertirse frente a cámara, y divertir a la audiencia.
“(Ahora) uno sabe más sobre Harry”, expresó el actor a The Hollywood Reporter. “En el primer (filme estaba) intentando descifrarlo, cómo personificarlo, qué es gracioso, qué no lo es — y ya lo averiguamos hace 20 años. Así que de cierta forma, (hacer la secuela) fue más fácil”.
Y como apuntó Peter: “honestamente, las personas me dicen, ‘¿cuántos días te tomó hasta que te diste cuenta que estaban (los personajes) de regreso?’ Pero te digo, la primera toma de esta película, toma número uno, a cinco segundos, estábamos como, ‘¡están de regreso!’”.
En esta secuela, Lloyd y Harry se embarcan en una nueva aventura: buscar a la hija perdida de Harry, Penny Pichlow (Rachel Melvin), quien a su vez podría ser la candidata para donar el riñón que Harry necesita.
“¡Encuentra a tu hija, encuentra a tu riñón!”, anima Lloyd a Harry. Lloyd podría enamorarse –o no– de la joven.
Así, el dúo de tontos toma de nuevo el volante, en un viaje por carretera lleno de odiseas, acompañados, por supuesto, por la famosa Mutts Cutts –la camioneta decorada para parecer un perro gigante, con nariz, cola, lengua, orejas y pelo–, un auto fúnebre prestado, un vehículo picahielo –robado– conocido como Zamboni y, ahora, un portabicicletas integrado en el parachoques de un autobús como medio de transporte.
El resto transcurre con el mismo humor soez que hace dos décadas llevó al clásico a recaudar más de 200 millones de dólares en taquillas a nivel global.
“Honestamente, es como si la hubiéramos hecho ayer (la película) y ‘pum’, ya estábamos de regreso”, confesó el actor Jim Carrey. “Fue una sensación familiar fantástica”.