Enfermos de turno completo

La mayoría de las personas pasan gran parte de su día en una oficina, sentadas, cinco días a la semana. ¿Qué tan saludables son esas ocho horas laborales?

No importa qué tan sano sea su estilo de vida, si el entorno de trabajo no es el más favorecedor para su salud física —y mental. O si el empleado poco o nada hace durante el horario de trabajo para contrarrestar, por ejemplo, el terrible daño para el bienestar de permanecer sentado durante todo una jornada laboral.

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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"La riqueza de las empresas depende de la salud de los trabajadores"
Dra. María NeiraDirectora del Departamento de Salud Pública y Ambiente de la OMS

La mayoría de las personas pasan gran parte de su día en una oficina, sentadas, cinco días a la semana. ¿Qué tan saludables son esas ocho horas laborales?

No importa qué tan sano sea su estilo de vida, si el entorno de trabajo no es el más favorecedor para su salud física —y mental. O si el empleado poco o nada hace durante el horario de trabajo para contrarrestar, por ejemplo, el terrible daño para el bienestar de permanecer sentado durante todo una jornada laboral.

Ni siquiera “es lo suficientemente bueno hacer ejercicio 30 minutos al día y ser sedentario por 23 horas y media”, dijo el Dr. David Alter, del Instituto de Rehabilitación de Toronto, autor de un estudio cuyos resultados fueron publicados en Annals of Internal Medicine. 

La investigación reveló que, independientemente de la actividad física regular, permanecer sentados por un periodo prolongado de tiempo sigue siendo sumamente riesgoso para la salud. Pasar entre ocho y 12 horas en una silla al día eleva el riesgo de muerte prematura por enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el entorno de trabajo como “una área de acción importante para promocionar la salud y prevenir enfermedades (no transmisibles)”.

“Las personas deben tener posibilidad de adoptar decisiones saludables en el lugar de trabajo para reducir su exposición a riesgos. Por otra parte, el costo de las enfermedades no transmisibles para los empleadores está aumentando rápidamente. Es preciso garantizar la posibilidad de adoptar decisiones saludables en el lugar de trabajo y apoyar y promover la actividad física”. 

Uno de los puntos del “Plan de Acción Mundial sobre la Salud de los Trabajadores 2008- 2017” de la OMS, adoptado en 2007 en la 60 Asamblea Mundial de la Salud, establece que “es preciso insistir en la promoción de la salud y la prevención de las enfermedades no transmisibles en el lugar de trabajo, sobre todo fomentando entre los trabajadores una dieta sana y actividad física y promoviendo la salud mental y de la familia en el trabajo”. 

Incluso más de 100 enfermedades asociadas con factores ocupacionales y ambientales forman parte de la décima versión de la Clasificación Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud (CIE-10) que incluyen, entre otros, cánceres, trastornos respiratorios, psicológicos, musculoesqueléticos, cardiovasculares y cutáneos, señaló la OMS. 

Y es que el hecho de que no existan políticas y programas de promoción de la salud en el lugar de trabajo no debe ser una limitante para que los empleados cambien malos hábitos en la oficina o adopten medidas encaminadas a mejorar su salud, al menos durante la jornada laboral. 

Exprésate

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De acuerdo con cifras del Centro para la Prevención y Servicios de Salud de Estados Unidos citadas por Forbes, los empleados con enfermedades mentales no tratadas cuestan a las empresas miles de millones de dólares cada año. 

Un estimado de 217 millones de días laborales son perdidos cada año a causa de un declive en la productividad asociada a trastornos mentales y uso de sustancias.

Aunque son cifras de Estados Unidos, los factores que afectan la salud mental de los empleados son universales, como el estrés asociado a la carga del trabajo y el síndrome de burnout –o agotamiento profesional–, falta de apoyo, reconocimiento y equilibrio entre vida personal y laboral, acoso e inestabilidad laboral, remuneración inadecuada, entre otros factores psicosociales. 

Y son pocos los que hablan sobre algún problema de salud mental que esté perjudicando su rendimiento laboral.

“La enfermedad mental, como la física, no es algo de que avergonzarse. Es parte de la condición humana”, dijo a The Boston Globe Bryan Gibb, director de educación pública del Consejo Nacional para la Salud de la Conducta, que dirige un programa enfocado a tratar las emergencias emocionales de los empleados y enseñar a los mismos sobre cómo intervenir a tiempo para aliviar el estrés y así evitar que se involucren en comportamientos nocivos. 

Higiene ante todo

Un estudio de 2012 realizado por higienistas del Proyecto de Lugar de Trabajo Saludable de Kimberly-Clark Professional (KCP) reveló que las salas de descanso, el grifo de fregaderos y las manijas de la puerta del microondas son las superficies más contaminadas en las oficinas. 

“Las personas asumen que los baños tienen la mayoría de los gérmenes”, dijo a Forbes el Dr. Charles Gerba, profesor de microbiología de la Universidad de Arizona, quien asistió a los investigadores. 

“Una gran cantidad de estudios se han realizado sobre el área de trabajo de escritorio, pero la sala de descanso ha sido pasada por alto. Por lo general, el break room es un punto de transferencia de gérmenes en el lugar de trabajo; las personas comen ahí, tosen. Se propagan más resfriados y gripes en las salas de descanso cuando tocan superficies y comparten espacio con otras personas”.

¿Conclusión? No te confíes. Mantén limpias tus manos. No comas en el escritorio. Utiliza toallitas desinfectantes cada vez que puedas.

Despégate de la silla

Esta semana, investigadores de un estudio coencargado por Salud Pública de Inglaterra y publicado en British Journal of Sports Medicine recomendaron que los oficinistas deben ponerse de pie al menos dos horas diarias durante el horario laboral. 

Al menos en Reino Unido, quienes trabajan en oficinas pasan entre 65 y 75 por ciento de la jornada laboral sentados, de lo cual 50 por ciento se acumula en periodos prolongados de esta sedentaria postura.  

“Somos creaturas de hábitos y hemos llegado a la mala conclusión de que sentarse es la forma óptima de hacer el trabajo de oficina”,  dijo a The Guardian Gavin Bradley, de la compañía Active Working y coautor del estudio, “necesitamos un ambiente en el que las personas se sientan más liberadas de hacer el escritorio de pie”. 

Los expertos recomiendan empezar con dos horas de pie durante el horario de oficina hasta llegar a las cuatro horas diarias, además de alternar con escritorios para trabajar de pie, cambiar de postura y caminar a paso ligero para aliviar la fatiga y el dolor musculoesquelético “como parte del proceso adaptativo”.

Expertos también recomiendan que las juntas se hagan de pie, pararse de la silla cada vez que suene el celular, caminar después de comer, estirarse cada 30 minutos y visitar el cubículo de un colega en lugar de escribirle por chat.   

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